México irredento, ¿sin remedio?
En los últimos treinta años, equivalentes casi a 6 sexenios, 4 del PRI y dos del PAN, los mexicanos nos la hemos llevado quejándonos de las arbitrariedades de dichos gobiernos que se resumen en tres conceptos generales: corrupción desmedida y cínica, impunidad rampante e ineptidud para gobernar, especialmente por lo que se refiere a los gobiernos panistas declarados amantes del derramamiento de sangre.
Como consecuencia de todos los hechos de corrupción que se convirtieron en su momento en escándalos públicos cometidos en esos años por encumbrados políticos (Carlos Salinas, Raúl Salinas, Humberto Moreira, Arturo Montiel, Mario Marín, Carlos Romero Deschamps, etc., etc., etc.), la sociedad mexicana fue vilmente engañada ya que finalmente dichos delitos han quedado en la absoluta impunidad.
Una primera consecuencia de lo anterior ha sido el que los mexicanos le hayamos perdido la confianza a “las instituciones”. Apenas el Ejército alcanza a ser confiable para algún porcentaje de los mexicanos. El resto de “las instituciones” del Estado Mexicano no goza de la confianza absoluta de la ciudadanía. A todas les ponemos el signo de interrogación: cuando un asunto cae en manos de una “institución” inmediatamente nos hacemos la pregunta ¿actuará conforme a Derecho o hará una interpretación sesgada de la ley? Y muchas veces de antemano damos por sentado que todo va a ser una simulación mediática y que finalmente “la institución” privilegiará la opacidad y la injusticia y dejará que el tiempo haga olvidar el asunto por los nuevos escándalos que suceden. La fórmula no falla.
Así se la ha llevado nuestro país en los últimos años, simulando ser un país de leyes, pero siendo éstas ignoradas descaradamente por quienes han venido detentando el poder. Las leyes les valen un reverendo comino. Nos han venido viendo la cara de cándidos, manejándonos a través de algunos medios televisivos y otros medios de comunicación que se prestan a ello por conveniencia o franca connivencia. Y evidentemente la estrategia les ha dado estupendos resultados. Por años nos han tomado la medida.
Desde hace algunos años apareció por allá en el sureste del país un joven líder social que se oponía a este estado de cosas. Dicho líder fue adquiriendo relevancia dado que para muchos mexicanos le asistía (le asiste) la razón. Es un líder honesto que por señalar los problemas del país ha sido combatido por los detentadores del poder tal cual si se tratara del peor de los criminales. A dicho líder lo convirtieron en “un peligro para México” o sea un peligro para quienes detentan del poder y se consideran a sí mismos dueños del México de caricatura creado por ellos.
Dos veces este líder social y político con excelentes resultados en el arte de gobernar, ha pretendido acceder con todo derecho a la Presidencia de la República y las dos veces ha sido derrotado “a la mala” por los antidemócratas representados por los llamados “poderes fácticos” que valiéndose de todas las tretas pestilentes y millones y millones de pesos han hecho a un lado, nuevamente, a quien propone una Renovación Moral de la República para salvar a nuestro desdichado país de la decadencia en que se encuentra.
En estos días, tanto panistas como priistas, muy agarraditos de la mano, se aprestaron a celebrar con toda pompa las llamadas “fiestas patrias”. Pero ¿Sabrán ellos el motivo de conmemorar dichas fechas? Sus actitudes, acciones y decisiones parecen indicar que lo ignoran. Si lo supieran a conciencia, estas fechas las aprovecharían para pedir perdón a todos los mexicanos por todas sus raterías y traiciones a nuestra patria.
Héctor Astorga.
