Menonitas, un doloroso adiós
Me impacto la noticia que difundió el domingo pasado un medio impreso de circulación nacional en la que informa que se una gran comunidad menonita del estado de chihuahua integrada por 90,000 individuos abandonara México, país que les dio cobijo desde hace décadas y que en reciprocidad han trabajado con ahincó, responsabilidad y productividad las tierras que les asignaron. Han demostrando su excelencia como agricultores y ganaderos, siempre enfocados con gran éxito al sector primario y a la agroindustria, desempeñandose como obradores (productores de embutidos), fabricantes de quesos a gran escala y otras actividades relacionadas. Comunidad que con su titánico esfuerzo han convertido yermos en vergeles, impulsando el desarrollo económico de México y de los estados donde se han asentado, especialmente en chihuahua donde se han distinguido por su extraordinaria labor.
El informe indica que emigraran a Rusia, -en tierras tártaras- donde están en pláticas avanzadas con sus autoridades quienes les ofrecen conseguirles buenas tierras, agua y energía eléctrica a bajo costo con tal de detonar el desarrollo de basta región de ese país.
Arguyen como una de las razones principales para emigrar la larga sequia que flagela a sus comunidades que les afecta de manera dramática por la actividad que desempeñan.
Para los que hemos nacido y vivido en entidades norteñas como Chihuahua, Durango, Coahuila y Zacatecas donde ellos han sido parte del paisaje urbano y rural, que inclusive hemos convivido de alguna manera con ellos, su ausencia será triste y dolorosa.
En lo personal considero que existen otras razones no expuestas y de mayor peso como la seguridad, que lleve a tomar una decisión de tal envergadura a toda una comunidad, tan numerosa, para migrar al otro lado del mundo.
Francisco Bernavides Bayer
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Sin resolver
Soy vecino de Gómez Palacio en la colonia Rinconadas Hamburgo y para quienes vivimos o transitamos por la Calle San Ernesto desde la Cerrada San Hernando hasta la Calle Sta María Rosa (a un costado del centro comercial “Soriana”), es un sufrir por la cantidad de polvo que respiramos por el paso de los vehículos que destruyendo sus amortiguadores de la suspensión transitan entre los hoyancos y lomas que se han ido formando con el pavimento destruido, no por las pasadas lluvias, ya que el problema se vive desde hace dos años, sino por el descuido de la dependencia encargada de dar mantenimiento al pavimento en nuestra ciudad. Se ha solicitado al Municipio que le pongan atención a este problema y la respuesta es que no se encuentra en proyecto la repavimentación a este sector, que quizá para el próximo año. El polvo que se levanta con el paso de los vehículos es el resultado de la tierra que han depositado jóvenes, que en busca de una moneda de quienes pasan, hacen como que tapan los hoyos del pavimento. Una llamada de atención al Departamento de Ecología y al de Obras materiales del Municipio.
Máximo Arreola
Ciudadano de Gómez Palacio
