‘Disfrutemos de los museos’
A últimas fechas los laguneros disfrutamos la oportunidad de visitar varios museos que en mis años mozos no había aquí en Torreón, no había un solo museo salvo el del inolvidable y querido maestro Wenceslao Rodríguez “Chelayito” en la P.V.C
Interesante comportamiento antropológico se observa en la presentación de algunos grupos de música de banda, o norteña, o otros, donde se desborda la alegría, sana por cierto y también un poco salvaje como el caso de la feria.
Qué bueno que disfrutemos también al Santos y al TSM. Pero ya es tiempo que los laguneros empecemos a adquirir algunos otros importantes hábitos culturales. Los museos son una excelente oportunidad no sólo de esparcimiento (por cierto bastante económico), sino también de sublimación de nuestro espíritu al degustar hermosas obras de arte coleccionadas por la familia Arocena por ejemplo, o la Casa del Cerro, o el museo del señor Manuel Terán Lira, o el museo de la Revolución, o las esculturas en la Plaza Mayor y también el Cristo de las Noas. Es nuestro acervo, es nuestra historia y también nuestro orgullo de disfrutar estas bellezas que están a nuestro alcance.
Encaminemos pues a los museos a nuestros hijos y nietos; también nuestras más de treinta instituciones de educación superior a que encaminen a los muchachos a estas importantes opciones de educación y cultura. Así pues recordemos las palabras: “No sólo de pan vive el hombre” y además los museos no nos empujan a beber cerveza.
Arturo P. Salas Juárez,
Torreón, Coahuila.
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Gastalones e inconfiables
Desde luego no se está descubriendo el hilo negro con esto del despilfarro de altos y medianos funcionarios del Gobierno federal (y de los estados y de los municipios), cuando de gastar el dinero de los contribuyentes se trata.
Resulta que según el diario Reforma en su edición del 17 de octubre, los siete magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, llamado TEPJF o Trife, se dan el lujo de tener a su servicio 145 “asesores” para que les “ayuden” en su pesada tarea de aplicar en última instancia “la justicia, pronta y expedita” en los asuntos electorales del país.
No se conforman con un par o siquiera media docena de “asesores”, no, necesitan más de 20 cada uno. Desde luego faltaría añadir a “los asesores de los asesores” y todo el gasto en prestaciones extra, seguros, etc., etc., que se lleva todo este verdadero ejército de cobradores.
Total, entre el IFE y el Trife se llevan una enorme cantidad de millones de pesos y todo para que al final salgan con su “domingo siete”, y con el grueso de la ciudadanía inconforme con su trabajo.
Y aún hay muchos mexicanos que se aferran al no cambio.
Que siga pues el despilfarro inútil.
Héctor Astorga.