A propósito de la transparencia
De un tiempo para acá en nuestro país se están dando pasos para exigir transparencia en todos los movimientos, sobre todo de recursos económicos, que llevan a cabo las diferentes entidades de gobierno sea éste municipal, estatal o federal. Dicha exigencia de la ciudadanía desde luego que es justificada dados los inumerables casos de abusos escandalosos, derroches y fraudes operados desde el poder en detrimento de las arcas públicas, es decir de dinero propiedad de todos los mexicanos.
Dada esta tendencia saludable a favor de la transparencia que se está manifestando en todo el país, aquí en nuestra región existe un caso en el cual cada ciudadano lagunero debería de manifestarse para exigirla también en el manejo del recurso natural más importante de nuestra región: el agua.
Durante los últimos años, el tema de la sobreexplotación del acuífero ha sido recurrente. Especialistas locales, nacionales y extranjeros no han dejado de advertirnos el peligro en que nos encontramos: o quedarnos sin agua o que el agua que tengamos sea impropia para el consumo humano y aun para la producción agropecuaria. Desgraciadamente dichas advertencias son desatendidas campechanamente por la autoridad correspondiente que sólo se limita a aceptar la gravedad del riesgo, pero no se atreve a ponerle remedio. Por lo menos no sabemos qué es lo que está haciendo al respecto.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha venido operando en estos últimos años a base de promesas y programas incumplidos para meter en orden a los sobreexplotadores. Habla de clausuras de pozos, pero no da a conocer a los laguneros (los verdaderos propietarios del acuífero) ni la ubicación de cada uno de los pozos clausurados ni el nombre de los propietarios transgresores.
No sabemos en realidad si la variable recarga-extracción se ha venido nivelando o sigue igual o peor, dado el prolongado período de sequía por la que atravesamos estos dos últimos años.
En fin, los dueños de este bien público ignoran cómo se está administrando el uso de este recurso no renovable que es vital para nuestra región.
Y aquí es donde los laguneros todos deberíamos exigir transparencia a la Conagua. Que se nos informe ampliamente por todos los medios posibles el estado actual del acuífero, nuestro acuífero, si continúa el peligroso déficit de 400 millones de metros cúbicos anuales o si ya disminuyó. Igualmente que haya transparencia en todos los programas que se han implementado para detener la sobreexplotación y si ya pasamos a la etapa de recuperación de los niveles freáticos y desde luego, que la comunidad lagunera sepa si el número de pozos contaminados por arsénico u otras sales perjudiciales para la salud ha disminuido o aumentado.
Es imperativo que la Conagua abra la información sobre este asunto de vital importancia para los laguneros. La Ley de Aguas Nacionales la ha hecho responsable directa de la administración de este recurso que pertenece a todos los laguneros y está obligada a informar ampliamente a los propietarios de este bien público sobre el estado real de lo que se le ha encomendado. Y que deje de estar jugando a las argucias distractoras de planes irritilas, filtros contra el arsénico, etc. etc., y se dedique a atacar en serio y con la ley en la mano el verdadero problema que confrontamos los laguneros: la sobreexplotación inescrupulosa y rapaz del acuífero.
Héctor Astorga.
