‘Ecos de la fauna’
El 22 de abril, en este mismo espacio hablé de la abeja reyna y su Panal, la cual se había resistido a aceptar las condiciones del cachorro de los viejos leones que ostentan el poder en esta selva, y que se vio como una irreverencia al sistema político, en el cual tanto animal ha sabido vivir sin trabajar.
Sucedió pues que la abeja reyna no dejó de serlo ni perdió el Panal; al contrario se fortaleció y su período se amplía seis años al frente como “líder suprema” de todo ese enjambre de casi dos millones de obreras en donde a la vez reeligió a su segundo de a bordo, el obrero secretario general, para buscar darle continuidad al proceso del sindicato más poderoso de América Latina por la dignificación de la labor que en sus colmenas, distribuidas en todo el país, desarrolla.
Los zánganos están de plácemes, ¡larga vida a la monarca!, y reconocen sus quehaceres que no muestran temor o sumisión alguna ante la llegada próxima del cachorro a su trono, evento que será este primero de diciembre.
Tan superior se siente la abeja que no sólo logró afianzar al Panal con un abejorro gris, sino que, en su papel de sirvienta, la mejor pagada de México, invitó “al que andaba en Europa” a que presente su propuesta educativa que ella en su momento le hará llegar la propia.
Por si fuera poco dejó en claro al gobierno que termina y al que está por empezar que ni las críticas, infundios y divisiones a través de la CNTE, que son también abejas, pero de otro enjambre, harán mella en su ánimo, mucho menos las amenazas de la rendición de cuentas por los sindicatos, propuesta que su propia hija avaló en el Senado, como una muestra de que a esto no le temen.
Ojalá que llegado el momento de hacer cuentas, esta sirvienta, como ella misma se calificó, tenga en orden y limpia la casa para bien de sus patrones, los maestros que le pagan.
El voto de su pequeña le dio al PRI y al Verde Ecologista tan sólo una probadita de su propio chocolate, cuando pensaban que el SNTE y su dirigencia rehuirían a este punto en la reforma laboral.
Ahora deberán preocuparse los sindicatos que por décadas han servido de satélites del PRI y no como el SNTE que ni a la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado ni a la Unidad Nacional de los Trabajadores pertenece, generando su círculo propio en la toma de sus decisiones.
Los políticos deberían aprender un poco del SNTE que desde 1992 ya aplica en todas sus asambleas de elección el voto libre y secreto por parte de los trabajadores. Pero esta dinámica va más allá pues tiene la particularidad de que además en toda contienda electoral hacia el interior del Sindicato el voto proporcional secreto emitido en favor del no ganador tiene valor; es decir que de acuerdo al porcentaje la planilla perdedora puede integrar miembros de la misma a la planilla ganadora en respeto a la proporcionalidad obtenida en el voto de tal forma que aún la oposición está representada dentro de la propia estructura sindical.
Esto no pasa en las elecciones federales, estatales o municipales, si así fuera entonces el Peje, Josefina y Quadri tendrían derecho a participar en el próximo gabinete de Peña Nieto. Esos votos a favor de ellos son desechados e ignorados por el IFE que amarra así un triunfo absoluto y un solo ganador con tan sólo el 22% de los electores del país a favor del PRI.
La abeja reyna, por lo que se ve, seguirá volando por otros seis años y el Panal igual; la señora arriesgó y ganó, ahora espera la llegada del cachorro para ver cómo van a trabajar, pero ya no es lo mismo pues una vez más se comprobó que el golpe que no tumba... fortalece. Ojalá que esa fortaleza sea empleada para que a los verdaderos trabajadores de la educación en México se les reconozca y a los farsantes de la misma, se les castigue.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
