¿La escuelita de la SEP’
Con el nuevo esquema de evaluación que realmente no es nuevo sino copia del modelo de la década de los ochentas en donde en la boletas de los alumnos se evaluaba con letras y no numeralmente, la SEP pretende hacernos creer que su eficiencia terminal ira en aumento gracias a este modelo sin pensar que su propuesta dista mucho de ir en pos de la mejora educativa, a la cual está obligada y debiera comprometerse con los padres de familia del país para su realización.
Mientras que en colegios particulares buscan cómo adelantar en la adquisición de habilidades y conocimientos de los menores la SEP busca engañar abiertamente a los alumnos y pater-familias desde el momento mismo en que acreditará a los alumnos desde preescolar hasta el tercero de primaria con el solo hecho de asistir a la escuela sin importar los conocimientos adquiridos. Aberrante esta declaración pues mientras que se ataca por todos lados a los maestros, quienes no son los únicos responsables de la mala educación si nos vamos a revisar los planes y programas impuestos por la SEP en las escuelas normales, si se analizan los mediocres y carentes de información adecuada en los libros de texto de educación pública, si vemos la torpeza con que se ha jineteado el dinero para mejorar los planteles con tecnología de punta y los pobres estímulos a los docentes, ahora, con esta medida el maestro será un cero a la izquierda pues se le deja fuera de aplicar su criterio para una aprobación o reprobación del educando.
La SEP se acomoda para dar la imagen de que en México se está abatiendo la reprobación cuando con su actuar, les garantizo, la verdara reprobación, esa que se mide por las habilidades del alumno y que parte del cerebro, esa será mayor.
¿Qué pasará cuando los maestros de cuarto, quinto y sexto de primaria reciban a un alumno deficiente que fué aprobado tan solo por haber ido a la escuela de preescolar hasta tercero de primaria?. Si así en sexto grado no saben a veces ni leer, ahora con el trampolín de su lado pues vaya que habrá mucho ganado equino como el que seguramente ya pululan en la SEP al tomar estas acciones.
Dice además que si el alumno de sexto saca un seis de promedio aunque repruebe dos materias...¡también será aprobado!.
En secundaria algunos jóvenes de escuelas sobre todo de las periferias son casi primo delincuentes, ponchan llantas de autos de maestros que no los pasan o que les exigen mucho, existen directores que se niegan a expulsar a alumnos que intimidan y hasta agreden a sus compañeros o maestros y no lo hacen, no porque estos directores sean unas hermanas de la caridad, sino por miedo. Con esta medida le están dando al alumno armas para exigir se le apruebe dejando fuera la autoridad y experiencia del docente, evitando la retroalimentación a que tiene derecho no para pasar, sino para aprender.
Vergonzosa es esta acción y ojalá la echen para atrás, ya ven cómo el tan anunciado esquema de papitas y refrescos light nomás no pegó y claro que no iba a pegar pues la respónsabilidad de que el niño esté obeso o demasiado flaco no es del maestro, es de sus padres.
Hoy los maestros luchan porque los padres de familia se acerquen más a las escuelas, que su participación y relación con ella sea mejor pero si le dicen que su niño aprobará aunque no sepa nada, pues véngase sea tu reino al fin que para ser presidente de la república basta con hablar bonito aunque no “me ch inglés”.
José Martí dijo alguna vez “...indio que sabe leer, puede ser Benito Juárez”. Ahora yo les digo, con este esquema corrupto de evaluación impulsado por la SEP diremos,..”mexicano que aprenda a leer en escuela de gobierno y saque un seis, tal vez se convierta en presidente de México” ( y creo que por ahí en diciembre ya tendremos uno.).
Por último, dice el comunicado que en secundaria el alumno podrá reprobar hasta cuatro materias y aún así pasar con examen extraordinario y si nomás pasara dos aún así deberán inscribirlo en el grado inmediato superior, la otra es presentar el quinto bloque en mayo-junio o irse con puro seis en cada asignatura que al cabo el diez ya será por pura vanidad.
Pues así las cosas maestros su patrón los hace a un lado, lo bueno para ustedes es que ya no se tendrán que quebrar la cabeza para que el muchacho aprenda, ya con que saque el seis, para la SEP es lo que cuenta; sigan pues el juego de la escuelita: yo hago como que enseño y el alumno como que aprende.
Ahora llegará el niño de la escuela gritando de gusto..-papá en la escuela me saqué un seis”.-y el papá responderá.-ahí métalo al refri mi´jo.., al rato me lo tomo.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.