El CRIT de Gómez Palacio
Hace unos días regresé al CRIT (Centro de Rehabilitación Infantil) de Gómez Palacio. Sus administradores, con suma amabilidad, me pasearon por todas las áreas del edificio. Constaté la maravilla de oportunidades que responden a las necesidades de miles de familias que por equis circunstancias tienen a un ser querido con problemas de salud. Usted y yo, apreciable lector, sabemos que estos imprevistos lamentables llegan a los hogares y lo mejor es afrontarlos con amor hacia el familiar con capacidades diferentes, y con mucha entrega. No es el mejor camino, es el único viable y razonable para salir airosamente en esta vida.
Les cuento pues que el CRIT Gómez Palacio es una institución hermosa en su arquitectura y más aún en el trato que su personal otorga a los beneficiarios. Obsequian terapias de toda índole para los problemas más complejos que aquejan a quienes por necesidad de una mejor calidad de vida recurren ahí. Consciente soy que el logro de estas instituciones de salud y bienestar se debe a esfuerzos pretendidos y logrados con éxito por gentes bienintencionadas, dentro de la Iniciativa Privada. Cosa plausible, pero… con todo y pena tocaré los peros que veo. Uno.- Observo que amén de ser una cosa maravillosa emanada de la Iniciativa Privada, el CRIT es dependiente del Teletón y de toda la parafernalia que encierra esta petición de óbolos masivos en propaganda barata. El CRIT no debería existir como tal. Existe porque nuestros gobiernos no hacen su trabajo. Si hubiese gobiernos honestos y capaces, habría muchos CRIT y más instituciones así de hermosas y eficientes, dedicadas al bienestar social. Para desgracia nuestra y para vergüenza de gobiernos y algunos empresarios, esta obra refleja la infelicidad que aqueja a los mexicanos.
El segundo pero que observo es: Que quienes lo promueven son en muchos casos la causa de que muchos de los niños atendidos en el CRIT sean producto enfermizo de sus empresas codiciosas y voraces, entes deshonestos e inhumanos. Quienes, para lavar culpas o evadir al fisco, aportan altas sumas de dinero para controlar la institución. Me refiero a Televisa, TV Azteca, Peñoles, Lala, Cervecería Modelo, Pepsico, Celanese, Kimberley Clark, Grupo Minero México, Bimbo, Coca Cola y muchas más. Ellas son quienes contaminan aire, suelo y agua. Infestan el medio ambiente con plomo, cadmio, arsénico y otras sustancias peligrosas para la salud, con productos químicos que enferman de cáncer, enfisema, saturnismo, pancreatitis, alta y baja presión, desnutrición, diabetes y obesidad mórbida. Envician a la gente con alcohol, tabaco, cafeína y otros adictivos y, si sumamos a estos males, el peor de todos, el de la desinformación, pornografía y vileza que entra a nuestros hogares, vía TV Azteca, Televisa y cable, podemos percatarnos que todo eso se da porque nuestros gobiernos son omisos de sus obligaciones y corruptos, y que no pocos de “nuestros” empresarios son personas sin alma, codiciosos y procaces, que sanan así sus culpas y su afán enfermizo de acumulación pecuniaria. O, ¿usted qué opina apreciable lector?
Atenta y respetuosamente,
Hugo Augusto Peña
Ciudadano de Torreón