¿Podremos resurgir?
Todos los habitantes de esta ciudad deberíamos de cerrar filas responsable y solidariamente en torno a la firme decisión del alcalde de no permitir la reapertura de los casinos.
Sobra mencionar las múltiples consecuencias negativas que representan para nuestra comunidad estos lugares, de hecho, nunca debieron de haber llegado… nuestra ciudad no está para eso.
Una medida infalible que podríamos tomar en dado caso es no asistiendo y vigilar que los nuestros tampoco lo hagan; qué mejor manera de expresar nuestro total rechazo a esta opción de “esparcimiento” que ignorándola como si nunca hubiera existido.
Torreón necesita más que nunca unión en los temas que a todos incumbe, nuestra querida y vapuleada ciudad implora que sus habitantes se mantengan concentrados y participativos en las decisiones de trascendencia.
No hay que olvidar que a principios del siglo pasado fue uno de los principales polos de desarrollo económico del país, de ahí el arribo de gente aventurera de diversas partes del mundo que buscando salir adelante sentó bases para trascender y permanecer.
Si realmente queremos que las cosas cambien es preciso antes que nada que nosotros lo hagamos: esto significa cada quien se avoque a cumplir honesta y eficazmente con su deber, hay que dejar de achacar nuestros males a terceros.
Torreón no necesita de los casinos para sobrevivir, lo que sí es imprescindible es un cambio de actitud para resurgir.
¿Por qué permitir que los intereses de unos cuantos se lleven entre las patas a los de todos los demás?
Jaime Díaz de León,
Torreón, Coahuila.
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Piden ‘moche’ en ISSSTE
Vaya mi enojo hacia el servicio que presta el ISSSTE pues a pesar de que nosotros con nuestras cuotas tenemos el servicio, me pasó lo siguiente: mi hija estaba embarazada, es maestra y se sintió mal, acudimos una vez y me la regresaron con puros “mejorales”; acudimos la segunda y tercera vez y lo mismo; fue hasta que acudí a Dirección y me atendió la señorita, aclaro que le hicieron caso, pero muy tarde pues ella tenía cuatro meses de embarazo y la criatura dos días de muerta en el vientre de mi hija.
Pienso qué tan poderoso será su sindicato que les valen las demandas de nosotros como afiliados; todavía me falta que le extirpen unos miomas y está programada para este 29 del presente y todavía tiene el desacaro el médico cirujano tratante de pedirnos su “moche”; ¿qué hago?
Ya sucedió con una maestra compañera de mi hija a la que se les pasó el parto y la criatura nació viva, pero desgraciadamente falleció al dia siguiente y ella perdió su matriz; y dice ella: “Al ISSSTE no vuelvo nunca”.
Está en veremos la operación de mi hija, ¿qué me sugieren, me arriesgo o la trato por particular?, pues temo por la matriz de mi hija y su vida. Hace poco acudí a los baños de Urgencias y se ve que el servicio no ha mejorado, tienen a los pacientes esperando horas y horas. Acudió mi yerno al director del instituto y muy despóticamente le dijo que lo único que podía hacer era agenciarle una cita con el ginecólogo dos días después; si mi hija ya traía el producto muerto, ¿cómo creen que me siento ahora?, ojalá haya gente que me comprenda y responda a mi auxilio.
Luis Díaz Medina.
