Sin coincidencias. El líder de la izquierdista radical Syriza, Alexis Tsipras, ofrece una rueda de prensa.
Grecia se encamina a un mes de incertidumbre política después que ayer fracasaron las conversaciones para compartir el poder, lo que desencadenará nuevas elecciones que podrían determinar si el país se aferra débilmente a la eurozona o la abandona.
Nueve angustiosos días de conversaciones infructíferas para formar un gobierno de coalición azuzaron las dudas de que Grecia sea capaz de efectuar reformas suficientes que eviten que se fracture la unión monetaria más grande del mundo. "Como resultado de esto, esperamos que el euro siga bajo presión y que persista la presión sobre los costos de los préstamos, el rendimiento de los bonos y países como España e Italia", dijo John Bowler, director del Servicio de Riesgo-País de la Unidad de Inteligencia de The Economist.
No se ha establecido una fecha para las elecciones, pero tendrán que efectuarse a mediados de junio, cuando Grecia debe hacer más recortes al gasto para asegurar que cumple con los términos de su rescate financiero internacional. Se nombrará un gobierno interino para que dirija al país hasta entonces.
La incertidumbre ha generado alarma en todo el continente y los principales líderes temen que Grecia pudiera verse obligada a abandonar el euro, lo cual desataría ondas de choque por toda la eurozona de 17 países.
"Lo que Grecia necesita ahora es estabilidad y la voluntad de implementar reformas", afirmó el canciller alemán Guido Westerwelle en un comunicado. "Son la única forma de regresar al crecimiento y la competitividad. No hay alternativa".
"Queremos que Grecia siga formando parte de la eurozona", dijo. "Las decisiones que esperan a Atenas no son sólo acerca del gobierno futuro de Grecia. Esto es sobre un compromiso del pueblo griego con Europa y el euro".
