Un documento oficial del Vaticano recomendó evitar que las personas con “profundas fragilidades humanas” puedan ingresar a la carrera eclesiástica y formarse para recibir el sacerdocio católico.
El texto “Orientaciones pastorales para la promoción de las vocaciones al ministerio sacerdotal” fue redactado por la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede e integró una serie de líneas que guiarán el trabajo de los reclutadores de futuros presbíteros de la Iglesia.
Entre sus recomendaciones, el documento instó a un “prudente y sabio” discernimiento sobre las condiciones esenciales para acceder al sacerdocio, llevado a cabo oportunamente con el objetivo de verificar la idoneidad de los candidatos.
Además estableció que la formación de sacerdotes requiere una progresiva maduración de la personalidad en sus diferentes componentes: humana y cristiana, personal y comunitaria, cultural y pastoral.
“Se deben evitar propuestas vocacionales hechas a sujetos que, aunque loables en su camino de conversión, están marcados por profundas fragilidades humanas. Es importante que (la persona) perciba con claridad los compromisos que deberá asumir, en particular en el celibato”, indicó.
De 29 páginas de extensión, el escrito analizó la “muy variada” situación de las vocaciones sacerdotales en el mundo, la cual está caracterizada por “luces y sombras”, ponderó.
Estableció que mientras en Europa se afronta el problema de la disminución de las vocaciones, en los demás continentes, a pesar de la escasez de medios, se asiste a un incremento “prometedor” del número de aspirantes al sacerdocio.
Estableció que la disminución de la natalidad, la búsqueda desenfrenada de los bienes materiales y la caída de la práctica religiosa, son factores que influyen en la poca respuesta de los jóvenes a los llamados vocacionales en la Iglesia.
“De modo especial en algunas regiones del mundo, precisamente el número demasiado escaso de sacerdotes jóvenes constituye ahora ya un grave problema para la acción pastoral”, constató.