Mejor. En los últimos días, Alberto ha mejorado significativamente y da las gracias por la ayuda.
"No tengo palabras para agradecerles", dijo Alberto al saber que muchas personas lo ayudaron a salvar su vida. Ahora está contento porque ahora siente que tiene muchos padres y hermanos.
Alberto Favela aún permanece internado en el Hospital Infantil de Torreón, pero su estado de salud ha mejorado significativamente.
Hace días, Alberto fue mordido por una garrapata que le provocó fiebre manchada. En el estado más crítico de su enfermedad presentó sangrados en la piel, riñones, pulmones, estómago y cerebro.
Para soportar los tratamientos, el pequeño permaneció sedado durante varios días. Ahora ya respira por sí mismo y puede comer. Cuando despertó se comunicaba con la mirada para decir sí o no, y cuando tenía fuerza escribía en un cuaderno.
Alberto presenta una neumonía derivada de la invasión que sufrió por los tratamientos de la fiebre manchada. Su respiración es pausada y agitada, pero quiere hablar para agradecer a todas las personas que han rezado por su vida, y lo han ayudado con dinero para sus medicamentos y con sangre.
Mary Cruz le contó a su hijo que muchas personas le salvaron la vida, por eso Alberto hace un esfuerzo para hablar, "gracias a todos los que me han ayudado. Cuando salga de aquí, le voy a ir a dar gracias a Dios".
Alberto dice que siente como si tuviera muchos papás, hermanos y tíos, "es gente que no conozco, pero no tengo palabras para decirles todo lo agradecido que estoy. Estuve a punto de morirme, pero ya me siento mejor".
Aún tiene dolor y le cuesta trabajo respirar, pero ya sueña con salir del hospital y regresar a la escuela para ver a sus amigos, pero sobre todo para jugar futbol.
Cuando se organizan partidos en el ejido, juega de delantero y algún día le gustaría conocer al santista Oribe Peralta.
Mary Cruz dice que la ayuda para su hijo no deja de llegar. A diario acuden personas a donar a la cuenta del hospital y a llevarle dinero para comprar los medicamentos.
Tan sólo ayer surtió una receta de cinco mil 800 pesos, "y gracias a la gente he podido comprar la medicina, y ya no fue necesario vender mi casa ni mis cuatro chivitas. Me dijo la trabajadora social que la cuenta del hospital va en seis mil pesos".
Mary Cruz y Melquíades perdieron hace tres años a su hijo mayor de nombre Javier. El joven de 18 años murió en un accidente vial. Cuando Alberto ingresó en estado crítico pensaron que volverían a pasar por lo mismo, "pero gracias a Dios y a los doctores, se salvó".
