Londres buscaba que con los olímpicos hubiera más actividad física. Gran Bretaña fracasa promesa olímpica
Los británicos verán muchos atletas olímpicos en acción dentro de unos días, pero no por eso están moviéndose más. Cuando a Londres le asignaron los Juegos Olímpicos de 2012 hace siete años, las autoridades prometieron que pondrían en buena forma física a dos millones de personas más, a tiempo para la ceremonia inaugural.
Sin embargo, cuando se encienda la llama olímpica el 27 de julio, el gobierno no solamente habrá fallado sino que habrá renegado completamente de su promesa.
El año pasado, el Reino Unido eliminó su objetivo de atraer a un millón más de británicos al deporte. También tuvo que abandonar su compromiso de lograr que otro millón de personas hicieran una vida más activa con actividades como ir a trabajar a pie o en bicicleta.
Algunos expertos lamentaron la oportunidad perdida.
"Los deportes olímpicos son considerados de elite y no parte de la vida cotidiana", explicó Adrian Bauman, de la Universidad de Sydney en Australia. "Tener las olimpíadas no se traduce en mayor actividad física a menos que haya una infraestructura firme para hacer participar a la gente".
La estrategia británica se basó mayormente en ofrecer programas deportivos escolares gratuitos para niños. Aunque el número de participantes creció en los primeros años, después se niveló, según encuestas nacionales.
A medida que el gobierno redujo gastos en medio de la crisis de la deuda europea, también cortó programas deportivos para adultos, incluso los gratuitos de natación para los londinenses.
Con una población de unos 60 millones, Gran Bretaña tiene la mayor proporción de gordos de Europa. El fútbol es popularísimo, pero los británicos tienden más a hinchar por sus equipos favoritos en vez de imitarlos en la cancha.
"Las olimpíadas inspiran a la gente, pero no hay pruebas de que dejen como secuela más actividad física", afirmó Bill Kohl, director del programa de epidemiología y actividad física.