El primer ministro de Grecia, Antonis Samaras, admitió hoy la necesidad de adoptar "dolorosas medidas" para obtener un nuevo rescate financiero que permita al país salir adelante y evitar regresar al dracma, la antigua moneda nacional.
Durante una reunión este jueves del comité político de su partido Nueva Democracia (ND), Samaras aseguró que "la presión del dracma es el rival del país" en estos momentos, pero se dijo optimista en que Atenas logrará superar la crisis. Juzgó que es "inevitable" el "doloroso ahorro" de 11 mil 500 millones de euros exigidos por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para mantener al país en la zona euro, de acuerdo con despachos de la agencia local de noticias ANA.
"Muchos de los recortes previstos son difíciles, dolorosos, van a hacer mal", reconoció el jefe del gobierno griego conservador, "pero son inevitables porque de lo contrario el país enfrentaría un nivel de cero credibilidad y tendría que salir del euro", aseveró.
Adelantó que su gobierno ya trabaja sobre las medidas a adoptar, pero aseguró que "será el último paquete" de ayuda para Grecia, el cual irá "totalmente al interior del país" para impulsar la economía y combatir el desempleo, como mayores prioridades.
Samaras confió en que si Atenas logra todas sus metas, "en dos años Grecia será muy diferente y sus tasas de crecimiento mejorarán considerablemente". Sostuvo que en su reciente viaje a Berlín y París, observó "un cambio de clima hacia Grecia) en Europa, en favor de su permanencia en la zona euro".