La reciente obra publicada por la escritora Guadalupe Loaeza, titulada El caballero del Titanic, en la que se narra el acto heroico que realizó el pasajero mexicano, Manuel R. Uruchurtu, al ceder su lugar para así salvar a una mujer con un niño en brazos, cuando el navío se hundió, es una historia falsa.
El supuesto gesto de caballerosidad que hiciera el pasajero de primera clase, Uruchurtu, en el que dio su lugar en el bote salvavidas a una mujer que viajaba en segunda clase, la noche del 14 de abril de 1912, fue un hecho irreal. "Ahora resulta que todo lo publicado en `El Caballero del Titanic son puras mentiras, porque jamás sucedió la historia", mencionó.