Con la victoria el Valencia se acerca a la segunda ronda de la Champions League. (EFE)
El Valencia volvió a superar con autoridad al BATE Borisov y acaricia la clasificación para los octavos de final, tras ganar por 4-2 en un partido en el que los bielorrusos no se dieron por vencidos y lucharon hasta el último minuto por remontar un encuentro de claro color local.
Pese a la rotunda victoria conseguida en Minsk en la anterior jornada, el Valencia no saltó ni mucho menos confiado ante el BATE, un rival que se siente más cómodo a domicilio, donde puede esgrimir su mejor arma: el contragolpe.
En el ecuador del primer tiempo, el Valencia vivió un minuto mágico que le sirvió para dejar la suerte del partido echada. Un gran pase de Tino Costa al corazón de los centrales bielorrusos lo controló Jonas, que puso el pecho para evitar que despejara el defensa y el balón le quedó franco para marcar el 1-0.
Tras recuperar el balón, después del saque de centro del BATE, el propio Jonas dio una gran asistencia a Guardado, que fue derribado por Radkov cuando ingresaba en el área. Soldado, fiel a su cita con el gol en esta competición, no erró la pena máxima y dedicó emocionado el segundo tanto a su abuelo, recientemente fallecido.
El BATE quedó noqueado y el Valencia pudo ampliar más su renta, pero esperó a la reanudación para hacerlo, ya que a los cinco minutos, un gran robo de balón de Gago lo tradujo el argentino en una asistencia perfecta a Feghouli, y el internacional argelino, el mejor del partido, firmó el 3-0.
Cuando parecía que el partido iba a ser un paseo para el Valencia, el BATE sorprendió con un saque de falta escorado de Bressan, que pasó entre una nube de jugadores sin que nadie llegara a tocar el balón, que acabó en el fondo de las mallas y permitió al conjunto bielorruso volver a entrar en el encuentro.
El último clavo en el ataud se dio cuando Banega habilitó a Feghouli, que, con un disparo cruzado, amplió de nuevo la renta local.