Cientos de militares de Guatemala se incorporarán a tareas de seguridad en el departamento de Petén, fronterizo con México, para restablecer la gobernabilidad y combatir a la delincuencia en la zona, informaron hoy fuentes oficiales.
“Petén es una región en la que se necesita recobrar la gobernabilidad”, tras un alza del crimen por el retiro de los destacamentos militares de la zona, dijo en entrevista con Notimex el vocero del Ministerio de Defensa de Guatemala, coronel Rony Urízar.
La seguridad es una de las prioridades del gobierno del presidente, Otto Pérez Molina, quien dispuso la creación de una brigada militar para resguardar la región de Petén, el departamento más extenso del país, indicó.
Destacó que existe “una buena coordinación entre los destacamentos militares de Guatemala y México asentados en la frontera. Los ejércitos de los dos países “mantienen la cooperación y el intercambio de información” para la seguridad en la zona limítrofe.
Precisó que la nueva brigada que entrará en acción en junio “tendrá mínimo unos 500 soldados”, incluido un batallón de entre 200 y 300 kaibiles, tropa élite del Ejército de Guatemala, entrenado para misiones en zonas selváticas como la región de Petén.
El nuevo puesto militar tendrá sede en El Subin, municipio de La Libertad, y será responsable de patrullar la región de Petén hasta la frontera con México. “Esto no quiere decir que no existía presencia del Ejército en el lugar”, aclaró.
Añadió que se hará “una redistribución de la Fuerza” para un mayor control del territorio de Petén, donde se ubican los batallones Interinstitucional Norte en El Subin y el de Infantería de Selva, con sede en el Parque Nacional Laguna del Tigre.
Negó que se pretenda “blindar” la frontera y que el único objetivo de la nueva brigada sea el combate al narcotráfico, pues los militares colaborarán con la Policía Nacional Civil y con las autoridades locales en tres áreas de seguridad.
El portavoz del Ejército señaló que “el gobierno determinó que en el lugar se debe enfrentar el problema desde sus tres dimensiones, como son seguridad nacional, seguridad pública y seguridad ciudadana”.
Reiteró que “el Ejército tiene una responsabilidad en la Defensa y para eso se debe fortalecer la protección de las fronteras”.
De igual forma, se enfrentará al crimen organizado en la región y apoyará a la PNC y a las autoridades locales en la “seguridad ciudadana” o combate a la delincuencia común.
Reconoció que Guatemala “tiene sus fronteras débiles” y que la reducción del tamaño del Ejército – a partir de los acuerdos de paz de 1996- generó las actividades ilícitas y mayor presencia del crimen en la zona limítrofe con México, Belice, El Salvador y Honduras.
“En toda la frontera existen unos 54 pasos ilegales, informales, en donde pueden circular incluso vehículos que ingresan y salen del país. Por eso, aumentar la presencia de militares en la región fronteriza busca fortalecer los controles por parte de la autoridad”.
Según datos oficiales, en el gobierno del presidente Oscar Berger (2004-2008) se registró la reducción “más drástica” del Ejército que quedó con 15 mil 500 efectivos, mientras que los acuerdos de paz establecían un máximo de 31 mil 400.
En la etapa del conflicto armado interno (1960-1996), que finalizó con la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla el 29 de diciembre de 1996, el Ejército contaba con 54 mil hombres en promedio que cubrían 700 destacamentos.
“Hoy por hoy, estamos hablando de 125 destacamentos militares” a nivel nacional, puntualizó el coronel Urízar, quien dijo que “en los lugares lejanos, donde cerraron destacamentos, como es el caso de Petén, quedaron desprotegidos y aumentó la actividad criminal”.
