Ofrenda. Dentro de los hallazgos recientes en la zona arqueológica se encuentra el de este Árbol Sagrado, ubicado en el adoratorio. (CORTESÍA)
La muerte era todo un conjunto de rituales y símbolos dentro de la época prehispánica, por lo que el reciente hallazgo de 45 cráneos humanos y alrededor de 250 mandíbulas con más de 500 años de antigüedad, en el Templo Mayor, representa una nueva oportunidad de tener mayor contacto con el pasado.
Al participar en un recorrido por las zonas de nuevos hallazgos en este sitio arqueológico enclavado en el corazón de la Ciudad de México, el responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Raúl Barrera Rodríguez, dijo que este conjunto de restos óseos forma parte de toda una ofrenda que representó un recinto funerario en honor al dios de la muerte.
"Los cráneos eran utilizados por los antiguos mexicas como elementos de consagración o de clausura de espacios arquitectónicos y para rituales vinculados al culto a Mictlantecuhtli, dios de la muerte, por lo que quizá se trata de una ofrenda que sirvió para clausurar alguna edificación prehispánica", expresó.
Por otra parte, el arqueólogo destacó la representatividad sagrada que tenían los árboles para los pueblos mesoamericanos, de ahí la importancia del reciente hallazgo de una estructura circular hecha a base de tezontle para proteger un encino en pleno Templo Mayor.
El arqueólogo detalló que se están realizando los estudios correspondientes a los cráneos y mandíbulas, para posteriormente poder exponerlos al público en general, lo cual aún tiene fecha indeterminada, por el tipo de trabajo.
