Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron, en Cholula, Puebla, un área de enterramiento con restos óseos de 13 individuos, entre adultos e infantes, con una antigüedad de unos 800 años.
El antropólogo Carlos Cedillo informó que el descubrimiento ocurrió mientras se hacían trabajos de salvamento en Avenida 5 de Mayo, previos a la instalación de servicios como la red de agua potable, drenaje sanitario, cableado subterráneo, concreto hidráulico y la remodelación de fachadas de casas y comercios de una parte decretada como zona de Monumentos Arqueológicos de Cholula.
El especialista señaló que a partir de estas labores se localizaron dos entierros. Uno corresponde a un solo individuo, posiblemente de la época prehispánica; el otro es el entierro múltiple conformado por 13 individuos y algunas piezas de jadeita pertenecientes al periodo Posclásico Medio (1150- 1321 d.C.), por lo que tal vez se trate de un espacio familiar.
De acuerdo con el INAH, hasta ahora se han encontrado los cráneos y parece que los cuerpos se hallan en niveles inferiores. Además, el entierro presenta evidencias de haber sido removido durante la época prehispánica.
Cedillo comentó que aún no se sabe la filiación cultural de las osamentas, pues necesitan hacer más estudios para determinar si son olmecas-xicalancas, chichimecas, o colomochcas que se asentaron en la zona de San Andrés Cholula.
Entre los hallazgos también se encontró un pendiente de jadeíta con rasgos antropomorfos, una placa grabada con rostro humano del mismo material, ambas estilo Mezcala; una cuenta de serpentina; una placa de alabastro y una máscara miniatura “Teotihuacana” de jadeíta con restos de pintura roja, posiblemente cinabrio.
Dichas evidencias de ocupación prehispánica encontradas en las obras de la avenida 5 de Mayo, permitirán reconstruir los usos y costumbres de los antiguos pobladores de la zona.
“Si bien, tenemos registradas evidencias prehispánicas similares, el caso de los hallazgos de San Andrés Cholula presentan nuevas características que podrían hablarnos de diferencias étnicas o territoriales, lo cual necesita ser investigado”, destacó el arqueólogo.
El proyecto de salvamento arqueológico, que encabeza el investigador del Centro INAH-Puebla, se extenderá durante 27 semanas, e incluye la excavación y el análisis de materiales.
A la par del trabajo de campo, un arqueólogo en gabinete procederá al análisis de los materiales arqueológicos recuperados y posteriormente, con la información generada, se elaborará un informe final.
“Si se considera pertinente se realizarán excavaciones alternas estratigráficas, para la recuperación de información de gran relevancia o en caso de ubicar ofrendas, entierros o elementos de alto valor arqueológico”, concluyó el especialista.