Los clavadistas Iván García y Germán Sánchez ganaron medalla de plata en plataforma 10 metros varonil sincronizados, ayer en el Centro Acuático de Londres 2012. (Jam Media)
Su vida es un vaivén que lo ha llevado de un extremo a otro: pasó de ser un niño problemático, a medallista olímpico de plata. Iván García vive su momento de gloria, luego de subir al podio junto a Germán Sánchez, como subcampeones de los clavados sincronizados desde la plataforma en los Juegos de Londres 2012.
Fue expulsado de dos escuelas primarias. Los psicólogos diagnosticaron déficit de atención con hiperactividad. Los maestros decían que si no lo encauzaban, terminaría como delincuente. Era un caso delicado.
"Me peleaba, aventaba a la maestra, molestaba. Las reglas a mí me gustaba romperlas. Si decía: 'No se puede correr', yo corría. Todas las cosas que no se podían, yo las hacía. Por eso me corrían", explica "El Pollo", llamado así por el negocio de su padre, donde vende esa carne.
Era un chico rebelde. "Pero ya cambié un poco. Ahora agarro más la onda", aclara. A los 7 años, sus padres, José Ramón y Aracely, buscaron una alternativa. "Decidieron meterme a un deporte para que me cansara, quemar mis energías en el entrenamiento y no en la escuela", relata.
Llegó al Code Jalisco. "Iba a entrar a natación, pero vi primero la alberca de clavados. Veía cómo se aventaban, era medio vago y nada me daba miedo. Le dije a mis papás: 'Yo no quiero natación, quiero clavados. No quiero estar nadando como menso, prefiero sentir algo de adrenalina'. Así fue como empecé", recuerda.
Al principio, disciplinarse no fue sencillo. Entonces apareció Iván Bautista en su vida. "Aparte de entrenador es como mi segundo padre y mi amigo. Gracias a él estoy donde estoy ahora. Yo soy el que me paro en el podio y le cuelgan la medalla, pero atrás de mí hay bastantes personas", reconoce García.
El cambio no fue de un día para otro. Los vestigios de la rebeldía le acompañaban todavía. "Recuerdo una vez me corrieron de la secundaria del Code, hablé con Iván [Bautista] y me hizo llorar, porque me dijo tantas cosas… Se me quedó bien grabado que me dijo: 'Así estés en la cárcel, donde estés, yo siempre te voy a apoyar, puedes contar conmigo, lo que necesito es que tú tengas la confianza en mí'. Fue desde ahí que me puse a pensar y tiene razón, ahora tengo la oportunidad de hacer historia", recapacita.
Bautista fue fundamental para encauzar esa energía por buen camino. Es la piedra angular en el cambio del joven medallista olímpico. "Me ayudó, no con regaños, sino hablando conmigo y demostrando que él tiene confianza en mí. Le prometí que iba a cambiar. Lo veía con toda la disposición del mundo y ya me daba pena hacer algo malo, porque le dieran la queja", recuerda el doble campeón panamericano en 2011.
Hoy, su vida es sinónimo de disciplina. En la fosa de clavados Álvaro Gaxiola, del Code Jalisco, entrena cinco horas por la mañana, desde las 7:00 horas, y cinco más por la tarde. Ese trabajo, junto a Germán Sánchez, es la base del éxito que ahora disfruta.
Aunque los rezagos de la rebeldía asoman de vez en vez. "Soy muy caprichudo, me enojo y lo que me dice Iván [Bautista] me entra por un oído y me sale por el otro. Ya no quiero escuchar, me bloqueo y eso me afecta bastante. A veces me quiero salir de entrenar, pero tengo que ir aprendiendo".
Iván García (25 de octubre de 1993) tiene apenas 18 años. La vida de cualquier joven de su edad es diferente. Fiestas, amigos, diversión. Él ha renunciado a todo para perseguir un sueño. "No lo veo como sacrificio, porque hago las cosas con gusto, me limito, porque no salgo mucho, voy a casa de un primo, me dice: 'Vamos a una fiesta' y no puedo, tengo que entrenar temprano", señala.
"Esas cosas las dejo a un lado. No es que no quiera, sí me gusta. Pero sé lo que quiero. Ya tengo otra perspectiva, ya lo veo de otro lado", asume con madurez el clavadista.
El Universal México, DF.- Germán Sánchez siempre mostró cualidades para las piruetas. En lo que era su diversión encontró un cauce productivo, cuando una de las salvavidas de la Unidad Deportiva Adolfo López Mateos, en Guadalajara, Jalisco, le recomendó a su padre que tomaran ese talento nato con seriedad y se iniciara en los saltos ornamentales. "Su hijo tiene madera", le dijeron a su papá.
Germán, quien no contaba con experiencia previa practicando deportes de iniciación temprana, como la gimnasia, llegó al Code Jalisco a hacer una prueba y sorpresivamente para todos quedó seleccionado en el equipo. En poco tiempo aprendió los clavados, aunque al principio lo que realmente se le dificultaba era enfrentar su miedo a la altura de los trampolines; sin embargo, para 2006, ya tenía ejecuciones desde la plataforma de los 10 metros.
Así, el joven Sánchez dejó guardados los tacos de futbol y su afición desmedida por las Chivas del Guadalajara, dejó de lado su sueño de algún día volverse figura del Rebaño Sagrado por otro sueño mejor, el de ganar una medalla olímpica, y lo consiguió.
La fosa jalisciense veía pulirse el talento de un "niño genio" de los clavados, como ya se le decía, en ascenso a lo más grande. Pero lo que en realidad hizo click en su mente fue cuando vio competir y conoció a Fernando Platas. El medallista olímpico en Sydney 2000, donde ganó plata, fue el último aroma de inspiración que necesitaba el jalisciense.
En la temporada 2007, sus resultados anunciaban que esto no era coincidencia, sino que se era testigo del nacimiento de una figura: ganó oro en Campeonatos Centroamericanos y oro en Panamericanos, ambos títulos en la categoría juvenil, pero luego se llevó el oro del Campeonato Nacional de Primera Fuerza. En 2008, con el quinto lugar del Grand Prix de Madrid, España, se abrieron las puertas a sueños que rebasaban sus expectativas: buscar la ansiada clasificación olímpica.
Sánchez llegó a la Copa del Mundo de Beijing como el novato del equipo mexicano, las expectativas no iban dirigidas hacia él; sin embargo, tras culminar en el sitio 17 de la plataforma individual, logró la clasificación a los Juegos de Beijing 2008.
Fue el hombre más joven de la delegación mexicana en aquella justa, con sólo 16 años, y un futuro promisorio. Todos lo veían como el "bebé" del grupo. En la pasada edición de la justa, terminó 22 general de los 10m individual, con un acumulado de 399.35 puntos…, se desanimó un poco, pero no dejó de luchar, porque él sabía, todos los que estaban cercanos a él lo sabían; lo mejor estaba muy cerca de iniciar.
Para el arranque del ciclo olímpico presente, con Iván Bautista como su entrenador, Germán preparó con Iván García los saltos sincronizados, desde la plataforma. La relación no fue nada fácil. Entre ambos jóvenes había cierta antipatía que no lograba conectarlos, pero con base en trabajo y poner los intereses de México por delante, lograron conformar un gran equipo y una gran amistad.
Ficha técnica
n Nombre: Iván Alejandro García Navarro
* Fecha de nacimiento: 25 de octubre de 1993
* Lugar de nacimiento: Guadalajara, Jalisco
* Peso: 55 kilos
* Estatura: 1.65 m
* Ranking Mundial: 8
* Su palmarés: plata en 10 metros sincronizados en la Serie Mundial de Tijuana 2012; oro en 10 metros sincronizados en la Serie Mundial Guanajuato 2011; cuarto lugar en 10 metros sincronizado en la Serie Mundial Sheffield 2011; oro en 10 metros y 10 metros sincronizado en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011; oro en 10 metros sincronizados y plata en 10 metros en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010; bronce en 10 metros en los Olímpicos Juveniles Singapur 2010.
Ficha técnica
n Nombre: Germán Sánchez Sánchez
* Fecha de nacimiento: 24 de junio de 1992
* Lugar de nacimiento: Guadalajara, Jalisco.
* Peso: 55 kilos
* Estatura: 1.67 m.
* Ranking Mundial: 14
* Su palmarés: oro en 10 metros sincronizados en la Serie Mundial Guanajuato 2011; plata en 10 metros sincronizados en la Serie Mundial Tijuana 2012; cuarto lugar en 10 metros en la Serie Mundial Tijuana 2012 y 10 metros sincronizados en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Mayagüez 2010.
AÑOS
De edad tenía Iván García cuando inició a entrenar clavados en el Code Jalisco.
AÑOS
De edad tenía Germán Sánchez cuando vivió su primera experiencia en Juegos Olímpicos.