Estimados lectores, hace poco más de una semana nos enteramos de la situación de Alberto y su familia, el niño que fue mordido por una garrapata. De ahí fuimos dando seguimiento a la noticia. Desde el benefactor anónimo, como la ayuda anunciada de Riquelme.
Lo importante aquí y a destacar, es ser testigos de la fuerza con la que lucha una familia lagunera ante las adversidades.
La familia de Alberto nos es empática, porque es reflejo de lo que nuestras familias viven y a lo que se enfrentan a diario, sus particularidades, y en sus entornos sociales.
Para mí, es importante destacar estas luchas diarias de hombres y mujeres de honor, que enfrentan la vida y sus adversidades con valores, con fe, con solidaridad y no encuentra excusa alguna para quebrantar su integridad y salir del apuro.
Tal cual, el papá de Alberto jugó sus piezas de ajedrez con sus bienes materiales, ofreciendo sus chivas, su estufa, hasta su casa en venta por la salud de su hijo. Eso señores, no es una telenovela, es la vida real de tantos ciudadanos honrados que necesitan del derecho a la salud, de un empleo digno e ingreso equitativo, de mejores servicios públicos, pero para lograr esto, es necesario que nuestros gobernantes se enamoren de su pueblo. Porque sólo conviviendo con las familias laguneras, recorriendo las colonias de las ciudades, visitando las instituciones de salud pública, como lo jurídico, verán el rostro de un pueblo que trabaja, fiel, fraterno, del que hay que saberse ganar su respeto.
Visité a Alberto en el hospital, le platique lo que la comunidad ha comentado de él y su familia, le pregunté si tenía algo que decirle a todos los que han estado atentos de su salud y me dijo: "No tengo palabras, gracias a Dios y a la Virgen que les tocaron su corazón para que me ayudaran". Me dijo también que le gustaría que lo visitara Oribe Peralta y tal cual lo dijo "y si me regala un balón y unos shuts, porque quiero volver a jugar", Alberto calza del 24 mexicano.
La señora Mary Cruz, mamá de Alberto, me comenta que le falleció un hijo de 18 años, y que ella tenía fe de que su hijo en el cielo intervenía para que le dejaran quedarse con su Alberto, me dijo también que tiene una niña de 1 año, que ha tenido que estar en el hospital todo este tiempo, que necesita ropa para el frío.
La mamá de Alberto y él me platicaron que un niño le escribió una carta, donde le decía que no tenía dinero que darle, pero si una medalla de la Virgen y Alberto la tiene en su cama.
Me platicaron que han ido niños a llevarle su alcancía llena de ahorros de sus "domingos" la señora conmovida casi llora.
Dice además que la esposa del presidente de Matamoros, el secretario y el tesorero del Ayuntamiento la visitaron y le llevaron un paquete de pañales y uno de toallas húmedas. Y que han estado seguido ayudando.
Termino con las palabras que le dice el Señor Melquíades, papá de Alberto a su esposa, "No llores mujer porque es como estar sin fe".
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