Deportivo Quito de Ecuador se encargó de despedir, y de paso humillar, al equipo Guadalajara, al vencerlo 5-0.
El respeto que construyó durante años de brillantes participaciones se dilapidó en un instante. Lejos están los recuerdos de una goleada sobre Boca Juniors o una gran final. El Guadalajara de hoy es otro. Chivas arrastró el prestigio en tierra ecuatoriana y con un 5-0 frente al Deportivo Quito se despidió de la actual edición de la Copa Libertadores de América.
Un milagro es lo que necesitaba el Rebaño Sagrado para seguir con vida en el certamen continental. Pero a la cancha no hay forma de engañarla: el equipo mexicano no merecía avanzar. Para soñar con una eventual calificación, necesitaba al menos cuatro goles a favor en el estadio Atahualpa. Consiguió cinco... sólo que en contra.
La sexta derrota consecutiva del cuadro tapatío fue protagonizada por un cuadro disminuido por lesiones (Luis Michel, Marco Fabián, Omar Arellano y Miguel Ponce se quedaron en Guadalajara). Sin embargo, no es suficiente pretexto. Fue un "papelón" histórico para el futbol mexicano.
Chivas no fue capaz siquiera de meter las manos. Fue arrollado por un equipo que hizo lo que debía para avanzar a la siguiente ronda de la Copa Libertadores y nunca se tocó el corazón para arrastrar el prestigio que los rojiblancos tenían en Sudamérica. El actual Rebaño Sagrado está muy lejos de la grandeza de su historia.
Matías Alustiza fue una pesadilla para la zaga rojiblanca, con sus cuatro anotaciones. La primera, al 17, exhibió las claras deficiencias de marca que tiene Dionicio Escalante. El delantero recortó al centro y luego de nuevo hacia afuera. El rojiblanco nunca descifró el laberinto. Se perdió en él. Y el atacante local resolvió con un sólido derechazo.