La identidad de un pueblo, caso del mexicano, está dado por tres factores importantes: su idioma, el castellano con todos sus mexicanismos; la religión, cristianos en su inmensa mayoría; y sus tradiciones, usos y costumbres englobados en la cultura.
Cuando se trata de dominar, a través de los tiempos, se ha buscado que las personas de un lugar determinado rompan con esas tres particularidades; de tal suerte que renuncien a su esencia como etnia y sociedad.
Ya individualizados, pueden ser "reculturizados", hasta instituirles un nuevo idioma como lengua oficial -los españoles impusieron el suyo después de la conquista- e inculcarles nuevos paradigmas sociales -los anglosajones insisten y desgraciadamente poco a poco aceptamos, cambiar los festejos de día de muertos y pastorelas navideñas, por ejemplo- hasta llegar a hacernos renunciar a nuestra identidad cultural.
Traiga a su memoria las actitudes que muchos mexicanos tienen en referencia a nuestro escudo nacional, por ejemplo; o la indiferencia por las fiestas patrias, cuya esencia se va dejando de lado para pensar únicamente en la fiesta y diversión por el asueto.
Tal es el caso del día de nuestra Bandera Nacional, que festejamos cada 24 de febrero, en memoria del triunfo e Independencia de México, en 1821.
Recordemos que nuestra Enseña Patria, consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de igual proporción, de colores verde, blanco y rojo, ordenados a partir del astabandera. Su proporción -longitud-anchura- es de cuatro a siete y en el centro ubica nuestro Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes de la franja, incluyendo el diseño de un águila devorando a una serpiente, que mantiene atrapada con el pico y sostenida con la garra de su pata derecha; el ave, se encuentra posada sobre un nopal y damos por asentado que está situado en un islote que se encontraba en el centro de un lago.
Los colores de la Bandera, se originaron tomando como base la del Ejército de las Tres Garantías, utilizada en 1821, siendo el significado de sus colores: blanco, por la religión católica; rojo: en memoria de la unión de las sangres española y náhuatl, que dieron origen a la mexicana; y verde: como símbolo de la independencia de España.
Con la separación de la Iglesia y el Estado, obra del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, consideraron conveniente cambiar el significado de sus colores, quedando el verde para la esperanza, el blanco la unidad y el rojo en recuerdo de la sangre derramada por nuestros héroes nacionales en las diferentes contiendas que México ha sostenido intentando defender la soberanía.
Desgraciadamente hemos ido perdiendo nuestra esencia nacional y para que usted se convenza, le invito a que reflexione sobre nuestra actitud ante los diferentes factores que nos dan identidad: el idioma, lo hemos sometido a barbarismos y neologismos llegados del extranjero, más allá de los impuestos, justificados por el avance de la ciencia y la técnica; como ejemplo, observe los carteles comerciales en nuestras ciudades y descubra cuantas palabras del castellano son reemplazadas por las inglesas.
En el caso de la cultura, como ya hemos escrito líneas arriba, nuestros muchachos ya no festejan el día de muertos, sino halloween; poco gozan y menos insisten en instalar los nacimientos con la familia, -José, María y Jesús acostado en un pesebre- procurando, en cambio, "poner el arbolito en casa", que poco nos significaba a los mayores que disfrutábamos de las pastorelas, con rosario, bolos y bebidas espirituosas enmascaradas como "ponche".
De la religión ni qué decir; cada día hay menos practicantes y creyentes, incluyendo algunos ministros y sacerdotes que han sido dominados por los intereses materiales.
Algunos amigos, tocando el tema, jocosamente me decían: "pero vamos a reconquistar nuestro territorio a base de poblarlo de mexicanos", cosa que dudo mucho, cuando vemos las actitudes de hijos de mexicanos radicados en Estados Unidos, que no sólo van olvidando nuestras costumbres y el idioma, sino hasta renegando de sus antecedentes.
Si usted no lo ha previsto, considere que las medidas para evitar la emigración y los controles en los pagos a trabajadores en los EUA, harán que las divisas que recibimos de los braceros e indocumentados vayan disminuyendo, poco a poco, en la medida en que surjan efecto las acciones de las autoridades norteamericanas. ¿No lo piensa así?
En tanto, continuamos con nuestra apatía a los retos nacionales, sin actuar ni exigir acciones de nuestras autoridades; lo mismo ha sucedido a través del tiempo, a últimas fechas, con la criminalización de nuestra vida cotidiana por el narcotráfico y la ilegalidad.
A punto de festejar un año más de nuestra Bandera Nacional, bien vale la pena que reflexionemos en lo que nos sucede y descubramos que, en mucho, la causa está en nuestra actitud hacia las realidades nacionales. ¿Qué piensa?
Ydarwich@ual.mx