Para los nacidos en los años ochenta y que vivieron en su niñez a lo largo de los 90's vivieron una transición en la música, en la televisión, en los videos, en las películas, la forma en como se veía la televisión y hasta en la forma de ver a los deportistas. Ídolos que se crearon en los 90's del lado deportivo fueron iconos que al día de hoy son leyendas.
En el tenis, si bien ahora nos deleitamos con la clase de Federer, con la intensidad de Nadal y con la gallardía de Djokovic aún en los 90's nos tocaron ver a dos de los más grandes en toda la historia del tenis, a Pete Sampras y André Agassi, quienes juego tras juego nos emocionaban al borde del asiento y nos volvíamos expertos al paso de sus partidos.
En el futbol americano, con la dinastía de John Elway de los Broncos de Denver, Bret Favre de Green Bay y por supuesto de los más famosos por el cariño que se le tiene en tierras mexicanas al equipo de las Estrellas de Dallas, Troy Aikman, fueron protagonistas en el emparrillado ganando la mayoría de los supertazones en ésta década.
El beisbol, la natación, en el automovilismo veíamos como iniciaba la leyenda Michael Shumacher, el basquetbol con Michael Jordan y compañía en ese mítico y mágico equipo de Toros de Chicago que los mandaron a la memoria de los en verdad amantes al deporte, entre otros.
Por supuesto el futbol soccer son incontables los jugadores que marcaron época en los noventas: nombres como Batistuta, Romario, Ronaldo, la consolidación de Zidane, Luis Hernández, Jorge Campos, David Beckham, el portero alemán Kahn, el goleador mexicano por excelencia y con corazón lagunero Jared Borguetti, y podemos seguir enumerando más y más y encontraríamos nombres y nombres llenos de talento.
Pero un ídolo quien rompió con todo paradigma de un ídolo porque hizo lo que en las películas, tener un nudo dramático llamado cáncer, y a pesar de ello tener un regreso heroico, su nombre Lance Armstrong, quien ganó la Tour de France 7 veces. Y que ganó el corazón de todos sus ahora seguidores y que en un momento en la década de los 2000 todos llegamos a usar su pulsera amarillo de "LIVE STRONG" para apoyar la investigación del cáncer testicular. Y si bien la imagen que tenemos de él es de ese luchador y ferviente ciclista en los últimos meses ha cambiado.
La noticia sobre el doping positivo de Armstrong ha acaparado la prensa deportiva, quienes se han encargado de encarnizar una cacería de brujas sobre las desventajas y sobre la ventaja que tuvo Lance y se han encargado de desprestigiarlo hasta el grado que decidió borrar sus records y sus logros de su página personal.
Vivimos en una sociedad en la que quien hace trampa debe de ser castigado y debe de ser juzgado por lo malo que hizo, ¡sí, bien echo! Debemos de castigar a ellos que no juegan limpio, ¿pero es necesaria toda la satanización que se le da al ciclista norteamericano?
Si cualquiera de los ejemplos citados en los primeros párrafos se les comprobara algún doping, ¿todos sus logros se verían manchados? Si Michael Jordan hubiera incurrido en alguna sustancia ¿ya no sería el mejor de la historia?, ¿ni Romario? Aún más claro, Maradona para muchos sigue siendo un "dios", quien incurrió en las drogas y aún es alabado por más de uno. Sus records fueron eliminados de los libros, pero yo aún estoy orgulloso de decir que vi al ciclista más grande de la historia, de ese superhombre quien ganó el tour más desgastante, quien montó su bicicleta subió montañas y aún más notable venció al cáncer y regresó para hacer historia.