El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Alejo Zavala Castro, aseguró que la Iglesia católica en Guerrero no ha sido excluida de la delincuencia en cualquiera de sus expresiones, pues reconoció que varios templos han sido saqueados y algunos sacerdotes extorsionados por la delincuencia organizada.
Aseguró que la Iglesia ha sido blanco fácil de la delincuencia en cualquiera de sus expresiones, ya que varios de sus templos han sido saqueados, los cuales en muchos casos -dijo- les han robado floreros, copas para el vino de consagrar e incluso el mismo sagrario (el cual contiene la ostia de consagración), "por que los asaltantes piensan que son artículos de oro y plata".
Informó que recientemente fueron saqueadas algunas iglesias y templos de los municipios de Taxco de Alarcón y Tetipac, donde los saqueadores sustrajeron diversos artículos religiosos pensando que se trataba de objetos de gran valor económico, y que al percatarse que eran fantasía u otros metales parecidos al oro y la plata los tiraron en diversos parajes.
Afirmó que también varios sacerdotes de la diócesis Chilpancingo-Chilapa le han manifestado que han recibido llamadas telefónicas de extorsión de parte de presuntos miembros de la delincuencia organizada, lo cual dijo "gracias a dios" no ha pasado de un simple susto, aunque en algunos casos los familiares han caído en el engaño.
Recordó el caso de la parroquia de la Natividad de la Virgen en el municipio de Tixtla de Guerrero, donde el sacerdote Edmundo Estrada Casiano fue víctima de una llamada de extorsión, el pasado 30 de septiembre del año pasado, quien fue privado de su libertad en un hotel de Chilpancingo mientras que a sus familiares les cobraron un rescate de 50 mil pesos.
De acuerdo con la denuncia del párroco, un individuo se comunicó con él vía telefónica para darle instrucciones de que se recluyera en un hotel de esta capital, lo cual según hizo, mientras que el presunto o presuntos extorsionadores se comunicaban con su familia para exigirles la entrega de 50 mil pesos a cambio de no hacerle daño.