La Arquidiócesis Primada de México criticó de manera indirecta al grupo religioso Nueva Jerusalén, en Michoacán, al señalar que por desgracia es fácil caer en un tipo de religión que lleve a reprimir las ansias de una vida coherente o que intente acallar la conciencia con ciertos paliativos espirituales.
Adolfo Miguel Castaño, obispo auxiliar de la tercera vicaría de la Arquidiócesis de México en sustitución del cardenal Norberto Rivera, dio la homilía dominical en la Catedral Metropolitana.
Ahí, dijo en su mensaje a los feligreses, que "corremos el riesgo de vivir un cristianismo superficial, de prácticas vacías, de celebraciones con más tinte de compromiso de sociedad que de auténtica expresión de fe, contentándonos con rituales externos o con devociones piadosas e inofensivas, pero sin mayor trascendencia ni compromiso para la vida".
El obispo auxiliar comentó que las tradiciones religiosas son legítimas, pero pueden hacer daño; si sólo se repiten plegarias, se cae en la incongruencia y se vuelve un culto vacío.