Foto oficial. (De izquierda a derecha, al frente) Alejandro Poiré, titular de Segob; Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA; Marisela Morales, procuradora general de México; Felipe Calderón, presidente; Patricia Espinosa, titular de SRE; y Antonio Mazzitelli, representante regional para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, posan en la foto oficial de la I Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra el Crimen Organizado Transnacional en Ciudad de México.
La Organización de Estados Americanos (OEA) alertó que el crimen organizado no sólo representa una amenaza a la seguridad y la paz de los Estados, con más de 357 mil muertes violentas y 150 mil homicidios en 2010 en el hemisferio, sino que por medio de la violencia intenta imponer a sus candidatos en las elecciones, lo que pone en peligro la gobernabilidad democrática del continente.
"De la misma forma, la participación de estas bandas criminales en procesos electorales, amenazando, asesinando o, en muchos casos, imponiendo a sus propios candidatos, es una expresión más de peligro de la delincuencia organizada sobre la preservación de nuestras instituciones democráticas", dijo Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA.
Al participar en la Reunión Hemisférica de Alto Nivel contra la Delincuencia Organizada Transnacional, en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el funcionario del organismo internacional destacó que la corrupción, producto de actividades delincuenciales, contamina tanto al sector público como al privado y contribuye a desprestigiar a las instituciones.
Ante fiscales de justicia y diplomáticos del continente, Blackwell consideró que la delincuencia y la violencia son las principales amenazas a la seguridad de los Estados.
Dijo que en 2010 el Observatorio Hemisférico para la Seguridad de la OEA reportó que más de 357 mil personas murieron de manera violenta en todo el continente y que de los 150 mil homicidios dolosos registrados, 75% fue por armas de fuego, lo que consideró "un desafortunado liderazgo para la región".
En ese año, alrededor de 200 millones de personas de América Latina y el Caribe, un tercio de todos los habitantes de la subregión, fueron víctimas de un delito, entre ellos más de dos tercios de todos los secuestros del planeta, reveló.
Blackwell pidió a los representantes de las naciones mecanismos para fortalecer las capacidades del continente contra ese flagelo, porque la cooperación hemisférica es una vía para escapar de la amenaza de los criminales. "Debemos dedicar esta reunión a todas las víctimas de este flagelo y a todos aquellos que han obrado por combatirlo", refirió el funcionario.
Antonio Mazzitelli, representante regional de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, coincidió en que el crimen ha cobrado un "terrible precio" a los ciudadanos del continente.
"Estoy seguro que el terrible precio que el crimen organizado está haciendo pagar a todos los ciudadanos del hemisferio, que la sangre de tantos servidores públicos, de los policías, de los fiscales y jueces, de tantas víctimas inocentes, no será derramada en vano, sino que servirá para fortalecer las instituciones, para reescribir el contrato social, para construir un futuro donde la seguridad y la justicia sean los pilares de una sociedad más solidaria, abierta y justa".
