El mexicano Alfonso Regla, originario de Guadalajara, Jalisco, llegó hace 54 años a Colombia para impulsar el “movimiento mariachi” en este país, donde en la actualidad existen más de tres mil grupos que actúan prácticamente todos los días.
Don Alfonso, considerado “el maestro de maestros de los mariachis en Colombia”, dejó su ciudad natal el 19 de abril de 1958 para seguir a una colombiana con quien se casó en la ciudad de México y a quien enterró en medio de serenatas 40 años después.
Cuando don Alfonso llegó a Bogotá, sólo la pequeña radioemisora Metropolitana transmitía una hora diaria de música ranchera, espacio que era uno de los más escuchados de esa estación.
Entre el amor de su mujer y la nostalgia de despedirse para siempre de la tradicional Plaza Garibaldi, en la ciudad de México, una noche le dijo a su mujer que pensaba crear una gran industria de mariachis y “hacer patria fuera de mi patria”.
“Recuerdo que ese día, por allá como en el mes de mayo de 1958, mi mujer se reía y me decía ‘ahí está la emisora Metropolitana para que escuche sus rancheras y recuerde a su patria, nadie lo va acolitar (apoyar) en esa idea suya de la industria de mariachis’”.
Pese al pesimismo de su esposa, Regla creó el primer mariachi con una trompeta, tres violines y su guitarrón en el barrio Chapinero, un sector de Bogotá que en esa época era uno de los lugares residenciales más exclusivos de la capital colombiana.
En un pequeño bar ubicado entre la calle 62 y carrera 13, en el corazón de Chapinero, este tapatío empezó a interpretar rancheras y a ofrecer serenatas para los enamorados.
Con el transcurso de los años, el sector se convirtió en el centro de los mariachis colombianos y, 50 años después, un lugar que se conoce como La Playa intenta emular a la Plaza Garibaldi de la ciudad de México.
Hoy La Playa dejó de ser un sector exclusivo por excelencia, pero es la casa de decenas de mariachis y el lugar donde ofrecen en cada esquina sus serenatas, un espacio donde se siente y se vive el ambiente de las rancheras y los corridos.
“Nunca me imaginé que se fuera a crear este movimiento de mariachis tan grande. Ahora hay grupos en cada pueblo de Colombia”, indicó don Alfonso mientras afina su inseparable guitarrón.
Con sus trajes de charro y ataviados con sus trompetas, violines, guitarras y guitarrones, estos músicos reconocen el liderazgo de don Alfonso para hacer de los mariachis colombianos una auténtica réplica de los mexicanos.
“Con la llegada del maestro Alfonso Regla se produjo un gran movimiento cultural, una gran empresa, con tres mil 500 conjuntos y una industria donde trabajan más de 20 mil personas”, afirmó Raúl Chacón, uno de los líderes en el sector de La Playa.
Con el liderazgo de don Alfonso, los mariachis colombianos ya empiezan a competir con los mexicanos en el mercado latinoamericano, ya que de La Playa salen grupos que se presentan en países vecinos e incluso en Europa y Asia.
