Un grupo de elementos de la Policía Municipal de Irapuato que presuntamente usaron ataúdes para torturar a dos jóvenes, son investigados por la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato (PDHE) dentro de los expediente de queja 156/12-B y 179/12-B.
Ante el ombudsman, los jóvenes, uno de ellos estudiante de secundaria, denunciaron que en la caseta de policía de la colonia Industrial de la ciudad de Irapuato fueron golpeados, amenazados de muerte y obligados a introducirse en las cajas mortuorias.
"Me dijeron que viera las cajas de muerto, que era una para cada uno, que escogiera la mía", "a mi amigo le decían que se metiera en una a ver cómo se veía porque lo iban a matar", relató uno de los jóvenes en su declaración sobre los hechos registrados el 25 de junio pasado.
La Subprocuraduría de Derechos Humanos de la Región B de Irapuato integra los expedientes a partir de dos quejas formuladas en contra de los uniformados por ejercicio indebido de la función pública, detención arbitraria, lesiones y robo.
Una de las víctimas atribuyó el comportamiento policial a una reprimenda en su contra por haber denunciado ante la Comisión de Honor y Justicia a un policía municipal de haberle robado dos mil pesos, dos celulares (iPhone y un BlackBerry), en una revisión a su vehículo.
Un visitador de la PDHEG del Estado realizó una inspección en la caseta de policía en la que los muchachos afirmaron que sufrieron golpizas, se les sometió a tortura y obligó e entrar a los ataúdes, acusados de extorsionar al policía que uno de ellos había denunciado en mayo pasado.
El subprocurador de Justicia de la Región B, Joel Romo Lozano, informó que esa fecha el Ministerio Público inició la Averiguación Previa 10252/2012 por el delito de amenazas en agravio de un policía municipal en contra de un joven que fue puesto a disposición de la fiscalía por elementos de esa corporación.
Afirmó que el detenido no presentó denuncia por la supuesta tortura que sufrió y tampoco se inició una indagatoria de oficio.
Ante la PDHG, el quejoso explicó que a las 14:00 horas del 25 de junio un grupo de policías lo interceptaron cuando circulaba a borde de una camioneta con su amigo adolescente, enseguida los obligaron a bajarse del vehículo, les colocaron esposas y luego los subieron a una patrulla.
Con los rostros cubiertos con sus propias camisas los policías los trasladaron a la caseta de Policía ubicada en la colonia Industrial, en el acceso a la ciudad, una vez ahí los golpearon y obligaron a meterse a cajas mortuorias de color gris.
El denunciante mencionó que en una celda recibió cachetadas y puñetazos en el estómago, me colocaron una pistola en la cabeza y decían que reconociera la extorsión. Desde el separo dice que escuchó a su amigo, el estudiante de secundaria que suplicaba a un policía que lo dejara de golpear.
Por la tarde el joven fue puesto a disposición del Ministerio Público e interrogado por dos elementos de la Policía Ministerial en las oficinas ubicadas en las inmediaciones del Centro de Rehabilitación Social (Cereso). Ahí de nuevo, dijo, recibió golpes en la cabeza como en el estómago por parte de agentes que le exigían que confesara la verdad sobre la acusación que le había hecho el policía municipal.
Más adelante fue llevado a declarar ante el Ministerio Público que lo puso en libertad. Una vez libre el joven recibió atención médica en el Hospital General por sus lesiones.