Seguridad. Fotografía de archivo en la que aparece la entrada principal del aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, Holanda.
La Policía Militar de Holanda inició una investigación para establecer la eventual infiltración de los cárteles de la droga mexicanos entre el personal de seguridad civil bajo su cargo.
Las pesquisas iniciaron luego que dos individuos fueran detenidos por tráfico de drogas el viernes pasado en el Aeropuerto Internacional Schiphol de Ámsterdam.
Uno de los detenidos es un trabajador de la Policía Militar holandesa (Koninklijke Marechaussee); el otro sospechoso es un mexicano de 41 años de edad, cuya identidad no fue revelada.
"Hemos iniciado una investigación para establecer responsabilidades", informó el Ministerio del Interior de Países Bajos a través de un breve comunicado.
La investigación sobre el contrabando es realizada por el equipo de seguridad de Schiphol, la Policía Militar y las autoridades aduanales.
Por lo que se refiere al empleado civil y su eventual nexo con organizaciones delictivas mexicanas, el caso está en manos la sección de Investigaciones Internas de la Policía Militar.
El mexicano fue detenido en posesión de 4 kilos de cocaína, informó la Marechaussee.
El holandés de 37 años procedente de Ámsterdam había acudido al aeropuerto para recoger al mexicano. Ambos se encuentran detenidos en celdas separadas.
El envió de "mulas" cargadas de cocaína procedentes de México con destino a Ámsterdam parece tomar fuerza, según una hipótesis de las autoridades holandesas.
En noviembre pasado, un mexicano de 28 años fue detenido intentando ingresar al país por el puerto aéreo 25 kilos de cocaína oculta en su equipaje.
Meses antes, el 8 y 9 de julio, fueron detenidos en vuelos separados dos mexicanos de 29 años con un total de 42 kilogramos de cocaína.
En enero del 2011 una mexicana de 32 años también fue aprehendida traficando en su maleta 20 kilos de cocaína y con un valor en el mercado clandestino de drogas de Ámsterdam por 800 mil euros.
Desde 2010 las autoridades de Schiphol han reforzado los controles de los vuelos procedentes de América Latina, no sólo haciendo uso de perros rastreadores al salir de los aviones, sino mejorando los sistemas de escaneado para detectar polvo de cocaína en el equipaje.
Sin embargo, las autoridades se ven confrontadas con una nueva forma de tráfico, el uso de "mulas" cargadas de cocaína líquida. La droga es tragada como si fueran pastillas y viene oculta en bolsitas elaboradas con los dedos de los guantes quirúrgicos para tratar de evadir los controles aduanales.
En total, fueron detenidos mil 68 corredores de drogas en Schiphol procedentes de todo el mundo en 2011.