El partido resultó muy entretenido para los aficionados que se dieron cita. (EFE)
Un golazo al contragolpe del veloz Jermain Defoe, volteó el partido amistoso entre Inglaterra e Italia, y significó la venganza de la eliminación británica en la pasada Eurocopa de Polonia y Ucrania ante la subcampeona.
Con ausencias de renombre. Sin estrellas como Wayne Rooney, Andrea Pirlo, Antonio Casano o Mario Balotelli, pero siempre el atractivo de un clásico europeo con el que Inglaterra vengó su último disgusto, la eliminación hace 52 días en la Eurocopa.
Y lo hizo sin brillantez, pero siendo práctico. A un ritmo lento, con la figura de Frank Lampard dirigiendo al equipo. Regresando a sus orígenes en su estilo directo ante una Italia que confirma su revolución. Fue dueña del balón. Tocó en campo rival, sin nervios, y solo le faltó acierto rematador.