El ex candidato vice presidencial demócrata, John Edwards, se convirtió hoy en el centro de un juicio criminal que podría costarle 30 años de prisión, acusado de usar dinero de una campaña política para encubrir una infidelidad marital.
Edwards, de 59 años y ex compañero de fórmula del candidato presidencial demócrata John Kerry en las elecciones de 2008, fue encausado por canalizar casi un millón de dólares de dos de sus aliados políticos a su amante, con la que procreó un hijo.
El escándalo desató en su momento amplia atención nacional toda vez que Edwards cometió la infidelidad cuando su esposa, la abogada Elizabeth Edwards, padecía de cáncer terminal y falleció en 2010.
Edwards, quien se convirtió en multimillonario gracias a una exitosa carrera como abogado defensor de demandantes privados, podría pagar una multa mínima de 250 mil dólares, además de la pena criminal, de ser encontrado culpable en la corte de Greensboro, Carolina del Norte.
La acusación criminal detalla seis cargos de violaciones de las leyes estadunidenses, toda vez que el dinero entregado a su amante fue considerado por el Departamento de Justicia como una contribución de campaña política porque estaba destinado a proteger al candidato.
Los aliados políticos de Edwards, Fred Barón y Rachel Mellon donaron 900 mil dólares para ser entregados a la amante de Edwards, cuando se encontraba embarazada con el hijo de éste y con el aparente propósito de conseguir su silencio.
Bajo la ley electoral, un ciudadano estadunidense puede aportar hasta dos mil 500 dólares por ciclo electoral o cinco mil si apoya a un candidato en las primarias.
Además, se permiten aportar 30 mil dólares extras a los partidos políticos nacionales y cinco mil más a los comités de acción política, de acuerdo con las directrices de la Comisión Federal Electoral (FEC).
Como parte del encubrimiento, uno de los entonces asesores políticos de Edwards, Andrew Young, se hizo pasar por el padre del hijo que Edwards tuvo fuera del matrimonio. Durante el juicio, Young será ahora uno de los principales testigos de cargo.
Aunque Edwards es considerado un consumado abogado en frente de los jurados, aún no está claro si el ex político demócrata será testigo en su propio juicio criminal.
El juicio empezó a atraer considerable atención mediática en coincidencia con la celebración de elecciones primarias en Nueva York, Connecticut, Pensilvania y Rhode Island.
