La norteña región peruana de Cajamarca inició hoy un paro de 48 horas en rechazo al proyecto minero Conga, autorizado por el Estado, en tanto la Iglesia católica busca vías de diálogo para frenar actos de violencia.
“La posición de Cajamarca es defender el agua hasta las últimas consecuencias”, advirtió el presidente del Frente de Defensa Regional de Cajamarca, Idelso Hernández, que aseguró que Conga (cobre y oro) secará dos lagunas y las utilizará como basureros.
Aclaró que las expresiones de rechazo que realizan son pacíficas pese a que hace más de una semana hubo enfrentamientos entre comuneros y la Policía Nacional que dejaron cuatro fallecidos y una decena de heridos y llevó al gobierno a militarizar la zona.
En declaraciones a periodistas, Hernández dijo que la protesta busca que el gobierno de Ollanta Humala suspenda la autorización dada a la empresa canadiense Newmont que pretende llevar a cabo el proyecto en el que invertirá cuatro mil 800 millones de dólares.
El arzobispo Miguel Cabrejos, facilitador para el proceso de diálogo entre el Ejecutivo y las autoridades de esa región, dijo que “no es momento de crear más situaciones conflictivas en Cajamarca” e hizo un llamado a un proceso de paz y serenidad.
Instó a los comuneros de las provincias de Celendín donde se han registrado algunas revueltas a que hagan el gesto de evitar situaciones que puedan llevar a la violencia.
A su vez, el presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Salvador Piñeiro, formuló un llamado a la reconciliación entre los peruanos y a dejar de lado las amenazas y presiones, al iniciarse este miércoles el paro convocado en varias provincias de Cajamarca.
Pidió abandonar los intereses subalternos y que se siga el camino trazado por los facilitadores del diálogo, Cabrejos y el sacerdote Gastón Garatea.
“Que no haya amenazas, presiones, estamos en un camino, hay facilitadores, lo han hecho con tanta dedicación. Pongamos de nuestra parte signos de paz y esperanza, no estemos echando más gasolina al fuego”, recalcó el clérigo