Marruecos comenzó el año 2012 sin que el presidente electo del gobierno, el islamista Abdelilah Benkirán, haya logrado formar gobierno debido a desacuerdos entre los partidos de la mayoría y la reticencia del rey sobre algunos candidatos, según recoge hoy la prensa local.
Los diarios señalan que la formación del gobierno es "inminente", ya que Benkirán presentó ayer una lista definitiva de sus ministros al gabinete real tras haber realizado ciertas modificaciones exigidas por el Palacio sobre la lista inicial entregada la semana pasada.
Según la prensa, entre las principales modificaciones está la división de la cartera de Finanzas en dos ministerios, así como la posibilidad de que el ministro saliente de Agricultura y Pesca, Aziz Ajanuch, conserve su puesto en el nuevo gobierno tras dimitir ayer de su partido, Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI).
El pasado 24 de diciembre, cuando Benkirán anunció que había presentado la lista de ministros al rey Mohamed VI, el presidente aseguró también que en dos días se anunciaría la formación del nuevo Ejecutivo.
Una semana después, el gobierno marroquí no ha visto la luz y el mutismo absoluto de Benkirán ha provocado las críticas de la prensa local, que achaca al presidente no haber cumplido con la promesa que hizo al día siguiente de su nominación: "comunicar a los ciudadanos con toda transparencia a través de los medios de comunicación".
Ayer, el presidente realizaba sus primeras declaraciones tras una semana de silencio y subrayaba que el nuevo Ejecutivo será anunciado "a su debido tiempo", pero no dio explicación alguna sobre la demora.
La prensa local atribuye el retraso a los desacuerdos entre el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), ganador de las elecciones del 25 de noviembre, y el Partido Istiqlal (PI) sobre el Ministerio de Equipamiento y de Transporte.
Por otro lado, la denominación del dirigente del PJD Mustafa Ramid para el puesto de ministro de Justicia -elegido por mayoría de votos en la comisión interna del partido- no tuvo, según los medios, una acogida positiva dentro del gabinete real.
Abogado de profesión y activista de la defensa de los derechos humanos, Ramid es uno de los dirigentes del PJD más critico con la monarquía y con los servicios de seguridad.
