Yoloxóchitl Bustamante (México), primera directora general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), moderó hoy aquí la mesa “Rectoras” del II Congreso Internacional “La experiencia intelectual de las mujeres en el siglo XXI” y ahí, acusó que el acceso a ciertos ámbitos de mando por parte de las mujeres, “se sigue viendo como un acto transgresor”.
“Por eso, erigirnos protagonistas y aspirar a puestos de poder significa romper estigmas históricos; un director hombre, con que haga bien su trabajo, basta; una mujer, diariamente debe mostrar sus capacidades”, expresó en el Palacio de Bellas Artes, de esta capital, sede del encuentro.
Bustamante recordó que en julio de 2011 tuvo ya la inquietud de conocer el sentir de las rectoras de otras latitudes de la América hispanoparlante, “por eso estoy aquí con gusto”.
Destacó que cuando alguien piensa en escritores, científicos, o en quienes han trascendido, viene a la mente la imagen de un hombre “porque así nos marcan las etiquetas desde que nacemos y se condicionan los roles de cada persona, generando limitaciones y confrontaciones. Las mujeres son reducidas a la casa y los hijos, al hombre se considera como quien sostiene a la familia”.
En muchas ocasiones, añadió, las mujeres han tenido que decidir entre formar una familia o realizar una carrera profesional, y se dijo convencida de que las mujeres tienen un alto grado de compromiso, “que se manifiesta haciendo contribuciones que harán menos empedrado el camino a las mujeres que apenas se inician en esta travesía”.
Por su parte, Sylvia Ortega (México), rectora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), apuntó que las mujeres de los años 50 del siglo pasado en adelante han cambiado el rostro de las universidades. “Como docentes e investigadoras hemos conquistado reconocimientos del mayor aprecio y ocupamos, aunque en proporciones aun minoritarias, puestos de importancia”.
Frente a la constatación de que existe talento y la acumulación de méritos ante la academia, comentó, sobresalen rasgos negativos como la falta de respeto masculino hacia sus aspiraciones.
“Nos interesa el poder, y por eso, hemos impulsado reglas que crean camino hacia los cargos de decisión; la buena noticia es que hay rectoras y altas funcionarias. La mala es que somos pocas”.
Las mujeres se tardaron casi un milenio en dirigir universidades, dijo, y recordó que ella fue parte del elenco fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Se postuló para ocupar la rectoría junto con otras y otros académicos, y ganó.
Tras la designación, se dio cuenta de que por primera vez había en México una rectora en una universidad pública.
“Las rectoras estamos inclinadas a ver la diversidad y la multiculturalidad”, compartió la rectora, y cerró su exposición destacando que hoy las mujeres contribuyen a la equidad y la justicia en el país.
“Quienes hemos disfrutado la oportunidad de tener un cargo de esta responsabilidad, porque se disfruta, tenemos la responsabilidad de apoyar a las mujeres que vienen adelante”, apuntó.
Otra invitada a la mesa, Lauren Müller (Bolivia), con una experiencia de 30 años como profesora y actual rectora de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, enfocó su participación en el sistema educativo en su país. “Las universidades bolivianas son muy antiguas, la primera data de los años 1600 y en el siglo XVIII ya había 18 en total”.
En su exposición, explicó que hasta los años 70 del siglo pasado se crearon las universidades privadas, por lo que a la fecha existen en esa nación 59 universidades de las cuales 11 son públicas, 39 privadas y otras de diversos regímenes. “Tuvieron que pasar cerca de 400 años para que una mujer ocupara una rectoría. En mi caso, llevo seis años en el cargo”, subrayó luego.
Durante esos seis años, abundó, he logrado que el 50 por ciento de las autoridades del campus, y del consejo académico de la institución, sean mujeres, contra el dos por ciento que era al principio de su gestión, lo cual fue ampliamente celebrado no sólo por las mujeres en la mesa de trabajo, sino por el público que sigue el encuentro asistiendo a ese recinto cultural de México.
Finalmente, Marcela Paredes de Velásquez (Panamá), rectora de la Universidad Tecnológica de Panamá fundada en 1981, comentó que la institución está especializada en ingeniería y tecnología, y cuenta con 17 mil estudiantes que cursan 119 carreras en seis facultades, siete sedes regionales y cinco centros de investigación, aunque la situación de la mujer es la misma que en el resto de países de América Latina.
Sin embargo, agregó, desde los finales de los años 70, son más las mujeres que los hombres estudiando en las universidades. “Panamá, Uruguay y República Dominicana son líderes en la zona en ese aspecto”, dijo y anotó que en su país existen cinco universidades oficiales y 39 particulares, y en los últimos años han crecido las instituciones de educación no universitaria.