Aunque en la Cámara existen 55 comisiones, a los nuevos diputados federales no les alcanza y quieren crear grupos puntuales... con el consiguiente gasto millonario extra para el erario.
Para muestra, plantean la creación de grupos de trabajo para frenar el fenómeno de los "ninis", para estudiar los efectos del calentamiento global, para regular solares urbanos, para establecer un diálogo con el movimiento #YoSoy132 y hasta para evaluar la propia productividad legislativa.
También quieren una comisión para indagar el caso de las tarjetas Monex, otra para la protección de selvas, una más para atender todo lo relacionado con la industria del café... y la lista continúa.
Cada comisión representa un fuerte desembolso para el erario.
Tan sólo en el pasado Congreso se aprobaron 66 millones de pesos destinadas a 39 grupos de trabajo especiales, los cuales después crecieron a 42. Pese a esto, la mayoría arrojó magros resultados.
Esas 39 comisiones especiales aprobadas generaron 117 nuevas plazas de personal por honorarios, lo que significó un gasto anual aproximado de 51 millones de pesos en sueldos y prestaciones.
Sumado a esto, cada presidente de comisión especial tiene derecho a un secretario técnico -cuyo sueldo ascendía a unos 38 mil 990 pesos mensuales- y a 2 asesores -quienes ganaban 35 mil cada uno.
Asimismo, cada equipo de trabajo tenía una bolsa de 32 mil pesos al mes para su operación, y cada presidente podía gastarse en facturas telefónicas hasta 3 mil 200 pesos mensuales.
