Jaque mate

"… no la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho."

El final fue un fallo lleno de sutilezas jurídicas. Tres de los cinco ministros de la primera sala de la Corte rechazaron conceder a Florence Cassez el amparo liso y llano pedido por el ministro Arturo Zaldívar y que la habría dejado en libertad inmediata. Cuatro, sin embargo, reconocieron que se habían registrado violaciones importantes a las garantías individuales. Tres estuvieron de acuerdo en conceder un amparo para efectos, lo cual significa que el caso será enviado nuevamente a los tribunales inferiores con instrucciones sobre qué elementos se pueden considerar y cuáles no.

A la ministra Olga Sánchez Cordero le ha tocado redactar el nuevo dictamen. El documento será sometido a votación en la primera sala. Si bien la ministra Sánchez Cordero apoyó el dictamen del ministro Zaldívar, su propuesta debe considerar los puntos de vista expresados por los demás ministros para asegurar su aprobación. Uno de los puntos más importantes será determinar si los testimonios de las víctimas pueden mantenerse y en qué términos. La doctora Sánchez Cordero ya ha declarado que aportará un dictamen congruente con su trayectoria garantista: será así un documento que le dé importancia a las garantías individuales y al debido proceso.

Todos los interesados se apresuraron a considerar el fallo como un triunfo. Si bien el gobierno de Francia lamentó que Cassez no hubiera sido liberada de inmediato, su abogado Agustín Acosta advirtió que era importante que la Corte reconociera que se violaron las garantías individuales de la acusada. La PGR, mientras tanto, afirmó que la decisión apoya los derechos de las víctimas y se declaró satisfecha.

No hay un plazo definido para la presentación del nuevo dictamen. Tampoco se conocen los tiempos que tomará el resto del proceso. Pueden pasar varios meses para que haya un desenlace definitivo. Pero para Cassez, condenada a 60 años de cárcel, que equivalen a cadena perpetua, el fallo de la primera sala abre una puerta de esperanza.

El proceso ha generado atención de mucha gente que usualmente no se interesa en las actuaciones de la Suprema Corte. Las encuestas sugieren que la mayoría de los mexicanos considera culpable a la acusada, aunque muy pocos conocen los detalles del caso. El presidente Felipe Calderón trató de intervenir con un discurso previo en el que afirmó que las revisiones judiciales no deben abrir una rendija a la impunidad. En la mañana del 21 de marzo, un par de horas antes de la sesión, el ministro presidente, Juan Silva Meza, quien no forma parte de la primera sala, respondió con un discurso en el que dijo: "Jueces, magistrados y ministros queremos un país en el que impere la justicia y la igualdad… no el abuso del poder que es paso previo al autoritarismo y a la impunidad y no la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho."

Al final todo ha tenido sentido. Cassez no ha sido liberada por una Suprema Corte impedida legalmente de ver el tema de fondo de la inocencia o culpabilidad. Pero la Corte no ha permitido que el montaje haya quedado como una anécdota sin relevancia jurídica. El desenlace nuevamente está abierto.

Lo que parece inaceptable es que los responsables del montaje no estén siquiera inquietos. La falsa escenificación fue un obstáculo significativo en la impartición de justicia. Si Cassez no era secuestradora, sirvió para incriminar a una inocente. Si lo era, impedirá que pague su crimen con la máxima severidad de la ley. Es injusto que el esfuerzo de autopromoción de un funcionario tenga estos resultados sin ninguna consecuencia.

 VISITA PAPAL

El papa Benedicto XVI llegará hoy a México en una visita que llenará todos los espacios posibles en los medios. México es cada vez menos católico, pero las visitas papales han sido siempre incentivos para renovar la fe. Esta vez no será distinto, a pesar de que Benedicto no es tan mediático como lo fue Juan Pablo.

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