Al fin acepta. El actor puertorriqueño trabaja con el cineasta Paul Thomas Anderson en la película ‘TheMaster’.
Tiene la mirada penetrante y una sonrisa llena de intensidad, como todo en él. Joaquín Phoenix sabe que no es un actor fácil, pero sí sincero.
Por ello, tras presentar en Venecia la película de Paul Thomas Anderson, The Master, junto a su coprotagonista Philip Seymour Hoffman, Phoenix se sincera en la entrevista con los medios de comunicación y confiesa que no le gustan las conferencias de prensa, por ello su actitud tan criticada al levantarse de la mesa sin avisar y fumar sin parar en la rueda de prensa de The Master en el Festival.
"Sí, la verdad es que no me gustan; me parece que todo es demasiado raro. Es como entrar en un mundo muy irreal en el que todos pretenden entender la idea que hay detrás de un proyecto. Sin embargo, cuando estoy en un grupo de gente más reducido como el de ahora, siento que hay un modo de conectarme de verdad; al menos hay cierta humanidad aquí. Pero cuando voy a esos cuartos llenos de flashes y de cámaras no sé qué decir, me hacen sentir enfermo".
"Además, no creo que estemos en un salón de clases en el que para ir a hacer pis tenga que levantar mi mano y pedir permiso. Si quiero ir al baño, me levanto y voy. Siento que la gente se haya ofendido, pero la pregunta no era para mí, Paul estaba hablando y respondiéndola, así que yo me levanté un momento y fui al baño y punto", se disculpa. Es precisamente lo impredecible de este actor lo que lo hace fascinante. Al menos así lo piensan el propio Paul Thomas Anderson y Philip Seymour Hoffman. Para Paul, Joaquín siempre fue un actor con el que quiso trabajar, pero que varias veces le dijo que no.
"Escribí el personaje de 'Freddie' con la idea de que Joaquín lo interpretara, pero lo cierto es que nunca lo di por hecho porque varias veces había rechazado trabajar en uno de mis proyectos", cuenta un Anderson que no niega que Phoenix es un actor "muy intenso".
Un filme esperado y polémico
Con The Master, el actor puertorriqueño llegó hasta las últimas consecuencias, pues no es sólo una película profunda, sino también rodeada de polémica al tratar el tema del surgimiento de la Cienciología.
"Lo importante es que la gente sea feliz. Si ser católico los hace felices, maravilloso, si ser cienciólogos les da tranquilidad, también. Lo importante es que la gente encuentre lo que los hace estar contentos".