Pues vaya que los funcionarios públicos del municipio de Torreón están muy activos, aunque no precisamente en actividades de real importancia para el desarrollo de Torreón.
Resulta que la noche del pasado lunes el flamante tesorero, Pablo Chávez Rosique, con su singular protagonismo, armó su 'show' al oriente de la ciudad, tras sorprender a unos jóvenes trabajadores colocando publicidad de un cartel de lucha libre del centro de espectáculos de ese mismo sector, a los cuales amenazó con remitirlos a la cárcel municipal si en ese preciso momento no procedían al retiro de los carteles y lonas, según él porque con esta práctica incurrían en un 'delito', al no tener el permiso correspondiente.
Lamentablemente, el 'servidor' público primero se aseguró de tener en el lugar la presencia del titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal y toda su escolta, además de elementos, quienes arribaron de inmediato al lugar con tal despliegue de elementos y unidades que envidiarían otras ciudades.
Ante la negativa de los trabajadores por retirar la publicidad y la amenaza de llevarse detenidos a los jóvenes trabajadores, se presentó al lugar el empresario de lucha libre, quien trató de entrar en razón con el tesorero, el que se mantuvo en su posición, como todo un celoso guardián de los intereses de la ciudad.
Ante ello fue detenido el empresario, quien se vio obligado a estampar su rúbrica en un convenio para el retiro de la publicidad al término del programa de lucha libre; después de ello quedó libre, bajo la 'amenaza' de que en caso de no cumplir con lo pactado en el acuerdo firmado 'voluntariamente', iría la autoridad a sacarlo de su casa para detenerlo.
Pues vaya que 'Pablito' es todo un celoso de sus deberes como funcionario, y no es que el tesorero haya actuado del todo mal, al menos en cuanto a intenciones, ya que finalmente es una realidad que la ciudad presenta un alto índice de contaminación visual y urge su limpieza, pero resulta indignante que arme todo un espectáculo callejero para amedrentar a jóvenes que realizan un trabajo y no un acto de delincuencia.
De igual forma, resulta absurdo que ordene detener a personas haciendo gala de una actitud autoritaria, distrayendo a los cuerpos policiacos de actividades mucho más importantes para la seguridad de la ciudadanía.
Por lo tanto, sería interesante saber cuál es la opinión del alcalde torreonense sobre este tipo de situaciones en las que sale a relucir una vez más el protagonismo de su tesorero en el ámbito deportivo, un rubro que lejos de ser alentado por la autoridad, parece ser hostigado por este tipo de funcionarios.
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