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¿Josefina, Cordero, Creel?

Gran angular

RAÚL RODRÍGUEZ CORTÉS

Los aspirantes del PAN a la candidatura presidencial llegarán el próximo domingo a la elección interna con las siguientes preferencias entre militantes y adherentes de ese partido: 51.2% para Josefina Vázquez Mota, 22.7% para Santiago Creel y 11.3% para Ernesto Cordero.

Estos números son el promedio de cuatro encuestas públicas no partidistas (El universal, ISA, Reforma y Mitofsky) realizadas entre noviembre de 2011 y enero de 2012, sin descontar posibles efectos sobre la puntera por exabruptos recientes como la entrevista adormilada e incoherente o el retiro de spots por asumirse en ellos como candidata.

No obstante, la diferencia de 39.8 puntos que Vázquez Mota le lleva (lo que la motivó a decir "este arroz ya se coció"), Ernesto Cordero -quien es visto como el favorito de Felipe Calderón- insistía ayer que va a ganar la candidatura porque son los panistas los que votan y no se dejan engañar ni por números ni por formas.

¿Qué no -hasta donde se sabe- las encuestas citadas fueron realizadas entre simpatizantes panistas? Si fue así, el resultado no debería ser muy diferente el próximo domingo. ¿O qué es lo que sabe Cordero que los demás no?

La elección del candidato presidencial del PAN será abierta al voto secreto y libre -no sé qué tanto esto último- de sus militantes (poco menos de 400 mil) y adherentes (acaso un millón 200 mil). Un universo, pues, de aproximadamente un millón 600 mil votantes.

¿Por qué poner en duda lo del sufragio libre? Bueno, pues por algunos indicios:

No son pocos, por ejemplo, los panistas que denuncian que hubo un "cochinero" en las depuraciones realizadas para conformar el listado final de votantes. Muchos fueron "inexplicablemente" eliminados no obstante su larga militancia. Sé del caso de un panista congruente, comprometido con las causas de su partido, que desapareció de la lista sin que importaran sus 26 años de militancia, lo que lo llevará a denunciar lo ocurrido ante el Tribunal Electoral.

Es comprensible que por razones de orden y claridad se haga ese tipo de depuraciones, pero en este caso no pueden soslayarse otras posibles motivaciones. Y es que en el PAN -no obstante toda la alharaca que han hecho y hacen de ejercer a plenitud la democracia interna- hay cacicazgos locales que comprometen determinado número de votos de militantes o adherentes.

Que ese número de votos a ofrecer estén listos ha sido uno de los criterios de la depuración de la lista de votantes. De manera que los aspirantes a la candidatura no negocian tanto con la militancia sino con los cacicazgos locales que les ofrecen determinado número de votos. Esas negociaciones incluso pueden llevarse a cabo en el momento mismo de la votación.

Bien podría ser ésta la única explicación de que Cordero (quien acaso desesperado por su desventaja ha dejado de ser la persona seria, caballerosa y responsable que dejaba ver en la administración pública y en las tareas partidistas, para convertirse en un provocador, un "porro" echador al más puro estilo de su coordinador de mensajes y contenidos, Juan Ignacio Zavala) confíe en remontar los números que lo colocan por debajo de Vázquez Mota e incluso de Santiago Creel.

La pregunta es si le alcanzará a Cordero el voto negociado por los caciques para obtener cualquiera de las dos posibles fórmulas que lo declararían ganador de la candidatura presidencial blanquiazul: 50% más uno de la votación emitida o 34% de los sufragios siempre y cuando haya una diferencia de por lo menos siete puntos respecto al contendiente más cercano.

Es previsible que con esta segunda fórmula ganadora se imponga Vázquez Mota porque no se ve por dónde le alcance a Cordero a menos que, como le digo, se imponga la negociación con los cacicazgos panistas. Y de eso saben cantidad Calderón y su grupo.

 PERFILADOS . La experiencia de las candidaturas con más perfil ciudadano como las de Isabel Miranda de Wallace y Miguel Ángel Mancera empieza a permear en otros ámbitos. En la delegación Miguel Hidalgo, por ejemplo, ganada siempre por el PAN, ahora se abre la expectativa con un candidato ajeno al mundo de la política tradicional, Luis Wertman, quien ha trabajado desde 2007 en el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, organismo que preside desde hace dos años. Al interior del PRD cayó muy bien su registro para contender con esos colores por la demarcación, pues se trata de un hombre de empresa, sin afiliación a partido político alguno y, sobre todo, que ha hecho trabajo ciudadano.

(rrodriguezangular@hotmail.com)

(Twitter:@RaulRodríguezC)

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