Los síntomas de unos niveles elevados de ansiedad en la infancia son tener constantes miedos, preocupaciones e inestabilidad, lo que les impide llevar una vida normal. INGIMAGE
Los problemas de ansiedad son cada vez más una de las causas por las que niños y adolescentes acuden a consultas psiquiátricas. A pesar de que el estrés sea algo habitual en las vidas de mucha gente en muchas edades, es cuando los niveles se vuelven patológicos que pueden constituir desórdenes de ansiedad que pueden afectar y perturbar el desarrollo de las vidas de los más pequeños, según publica Medscape News Today.
Esta dificultad que afecta sobre todo a los jóvenes entre 13 y 18 años en los países desarrollados, tendría una influencia de entre el 8 y el 22%, aunque se tiene constancia de que cada vez afecta a más personas.
Los síntomas de unos niveles elevados de ansiedad en la infancia son tener constantes miedos, preocupaciones e inestabilidad, lo que les impide llevar una vida normal. En general, además, estos desórdenes se manifiestan tanto física como emocionalmente. En el primer caso, suele manifestarse por dolores de cabeza, de estómago y sudoraciones intensas, mientras que en las emociones se hace evidente con el nerviosismo y el miedo.
Otra de las formas habituales de exteriorizar la ansiedad en las primeras etapas del crecimiento es una presión sanguínea por encima de los niveles adecuados, más palpitaciones en el corazón, depresión, falta de aliento o problemas puntuales como diarrea.
Debido al aumento de personas afectadas por la ansiedad en este rango de edad, cada vez hay más terapias y medicación disponible. Es imprescindible tratar médicamente el problema, con apoyo de un profesional de la salud que pueda detectar el origen de los síntomas.
