'No temo a las comparaciones con mi padre, aunque muchas personas me dicen que estoy loco por querer hacer mi propio camino en las películas, pero ha estado en mí desde la edad de los siete años, en que escribí mi primera obra; más tarde, a los 16, hice mi primer corto”. - SEAN STONE
“Ser hijo de un exitoso director de cine es una bendición, pero puede ser una maldición al mismo tiempo, porque así como es algo bueno, también podría ser malo”, señala Sean Stone, el hijo de Oliver Stone, quien es autor y director de la película Experimento paranormal.
“No temo a las comparaciones con mi padre, aunque muchas personas me dicen que estoy loco por querer hacer mi propio camino en las películas, pero ha estado en mí desde la edad de los siete años, en que escribí mi primera obra; más tarde, a los 16, hice mi primer corto”, comenta Sean.
El actor, director y productor de 27 años, cuenta con suficiente experiencia, pero es independiente de su padre, en cuanto a producción de cine.
“He aprendido de mi padre como principal maestro, si lo vemos en cierta forma, mas no trato de competir con él. Siento que ambos podemos producir o dirigir sin estorbarnos, pero cada quien ubicado en su propia esquina”, analiza el multifacético joven.
Oliver Stone fue invitado por su hijo para actuar en “Experimento paranormal”, que se estrena la próxima semana, y devengó un modesto sueldo como cualquiera de los actores involucrados.
“Sólo se le pagó la tarifa de actor por cada día de filmación; obviamente mi padre se interesó en mi proyecto, pero no lo hizo por tratar de ganar dinero”, aclara Sean y comenta: “Mi idea principal fue que el testimonio fuera lo más real y fidedigno posible, porque yo me represento amí mismo en la película, y qué mejor que fuera Oliver Stone actuando como mi papá en la ficción, cuando realmente lo es en la vida real; le otorga plusvalía”.
Stone, quien actuó en Wall Street, el dinero nunca duerme y Savages, dice que su papá lo ha ayudado haciendo algunas recomendaciones en sus películas.
“Sobre todo a la hora de editar porque son demasiadas las horas de filmación, y él me ha hecho entender qué escenas debo escoger y qué escenas puedo descartar para contar mejor la historia; es complicado, no es tan simple como parecería”, dice en entrevista telefónica.
AFECTADO POR EL FILME
La película se filmó en un hospital para enfermos mentales que está abandonado. Durante el rodaje, los involucrados sintieron miedo de estar en ambientes sobrecargados de vibraciones negativas.
Incluso Sean dice que se sintió afectado al filmar esta historia. “Mucho de lo que se ve representado en el filme sucedió en realidad, como cuando una de las actrices fue poseída y se comportó como una ex paciente del hospital mental”, rememora asustado.
“Hubo momentos en los que vivimos verdaderas crisis nerviosas, algunas no las mostramos porque sucedieron fuera de cámara. Yo trataba de no sugestionarme, a veces sólo pensaba: me estaban jugando una broma”.
Explicó que fue un proyecto de bajo presupuesto porque gastaron menos de un millón de dólares en producirla.
“Pero no fue una película de micro presupuesto como Actividad paranormal, que costó 40 mil dólares el hacerla y tuvo éxito en taquilla”, señala.