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La botellita de jerez…

GILBERTO SERNA

La dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) pidió al diputado de Morelos, Francisco Alejandro Moreno Merino, su renuncia a la candidatura plurinominal (de esos que sí obtienen un buen lugar en las listas regionales, votadas en circunscripciones según el principio de representación proporcional, no se requiere que les suden los pies para conseguir el voto ciudadano). En la foto que aparece en los periódicos, el 16 de marzo de este año de perfil se le ve muy propio, remilgado, relamido, pulcro como el que más, gabán de tres botones, mancuernillas en las mangas, pañuelo blanco en el bolsillo, corbata italiana y emperejilado con un asombroso parecido (en la foto) al actor de cine Miguel Manzano que en la película Ustedes los Ricos (1948), hizo el papel de papá de Evita Muñoz "Chachita". El motivo de la dimisión, tuvo su origen en una declaración ofensiva a la dignidad de la mujer que habría formulado en la Cámara de Diputados. Se dijo que ese partido político no tolerará actitudes ofensivas ni discriminatorias en contra de ningún segmento de la sociedad mexicana.

Nadie se explica qué estaba pensando cuando arremetió en contra del sexo opuesto. Ese día se levantó con el pie izquierdo, desayunó frijoles acedos o le puso mucho picante a sus tacos, que lo hicieron perder la mesura y olvidar aquella famosa frase de que a la mujer no debe tocársele ni con el pétalo de una rosa. Fue de inmediato tachado de misógino, posiblemente por revelar cierta aversión a la mujer, que quizás las odie y es posible que rehúya su trato. Luego se disculparía. Demasiado tarde, el daño ya estaba hecho. Dijo a manera de excusa, que las declaraciones de un funcionario federal le trajeron a su mente una frase, que alguna ocasión leyó en el libro de las memorias de Gonzalo N. Santos, misma que tan sólo repitió. Vale la pena detenerse en ese pintoresco personaje famoso tanto por su accidentada vida política como por frases con una carga filosófica que pasarían la barrera del tiempo. El actor mexicano Daniel Giménez Cacho ha confesado que se inspiró en la vida de esta conspicua figura de los tiempos de la Revolución, para crear el personaje del general Andrés Ascencio en la película mexicana titulada Arráncame la Vida.

Su nombre Gonzalo Natividad Santos Rivera, destacado político y militar mexicano, miembro del PRI desde que aún se llamaba Partido Nacional Revolucionario. Se incorporó a las filas de la Revolución al lado de Francisco I. Madero en 1910. En 1913 se unió al ejército en contra de Victoriano Huerta. Después de la Revolución fue ascendido a General de División. Participó contra manifestantes que apoyaban a José Vasconcelos, causando muertos y heridos. En 1940 la vox populi lo acusó de acompañarse de cientos de pistoleros para atacar a gente de la oposición sembrando el pánico al destruir y alterar el material electoral perpetrando un fraude que perjudicó la candidatura de Juan Andrew Almazán. Con el paso del tiempo Gonzalo se convirtió en cacique de San Luis Potosí, al que gobernó con puño de hierro. Era frecuente que el hombre fuerte en una entidad, de esa agitada época, adquiriera la categoría de amo y señor, tomándose el derecho, al término de su mandato, de nombrar a su sucesor y sucesivamente a los siguientes hasta que este ameritado revolucionario dejó de existir. Más de media centuria fungió como árbitro de los destinos de su entidad.

Esto es, después de terminar su mandato como gobernador, en la práctica siguió gobernando al estado, ya que todos sus sucesores eran escogidos a dedo por él, comportándose como títeres suyos. El Gargaleote, uno de los latifundios más grandes del país ubicado en la región de Tamuín, con 14 mil hectáreas de superficie, era de su propiedad desde donde "reinaba" como señor de horca y cuchillo. Su nombre de guerra era El Alazán Tostado, símbolo de la corrupción en la política mexicana. Es célebre su frase de que "la moral es un árbol que da moras". A sus opositores les aplicaba sus hierros que consistían en encierro, destierro o entierro. Pero ¿qué tiene que ver Gonzalo N. Santos con el senador frustrado, al que acusaron de misógino? Quizá en, que éste adoptó la locución: "No hay caballo fino que no tire a mula, ni mujer bonita que no llegue a ser meretriz, ni hombre bueno que no tire a penco", lo que causó profunda molestia. En fin, es posible que las mujeres agraviadas le hayan repostado diciéndole: botellita de jerez…

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