Una bebida energética debería contener hasta 240 miligramos de cafeína, mientras que sería necesaria una dosis de hasta cinco gramos para provocar problemas graves o incluso la muerte, lo que se estima en unas 25 tazas de café en un corto periodo de tiempo.
¿Podemos fiarnos de toda la información facilitada en los envases de bebidas y alimentos? Un reciente estudio que ha publicado la revista Consumer Reports asegura que no deberíamos. Sus investigadores han puesto el ojo en la cantidad de cafeína que se indica en las bebidas energéticas, ya que 11 de las bebidas más populares de este tipo en Estados Unidos no especificarían su cantidad de cafeína y cinco contendrían una mayor dosis de lo que se indica, en algunos casos hasta en un 20% más.
Aunque la cafeína es efectiva para incrementar la lipólisis, oxidar las grasas y reducir que el glucógeno se degrade, si está contenida en una gran dosis o si es mezclada con otros ingredientes, sus efectos pueden degradarse. Sin embargo, no es la cafeína lo que pervierte las bebidas energéticas, sino el resto de ingredientes. Una bebida energética debería contener hasta 240 miligramos de cafeína, mientras que sería necesaria una dosis de hasta cinco gramos para provocar problemas graves o incluso la muerte, lo que se estima en unas 25 tazas de café en un corto periodo de tiempo.
Varios estimulantes pueden mezclarse con la cafeína en muchas bebidas energéticas, como el mate, el ginseng, la taurina o el guaraná, un fruto que contiene una dosis de cafeína dos veces mayor que la contenida en un grano de café. El mínimo estudio que se ha hecho de estos híbridos es lo que constituye el riesgo de las bebidas energéticas, aunque solo se recomienda firmemente evitarlas si se padece algún problema de salud.
Por su parte, la cafeína es una sustancia legal en la mayoría de países desarrollados y es considerada una droga psicoactiva. Se encuentra de manera natural en el café y el té, y añadida en muchas bebidas, como refrescos y las citadas bebidas energéticas. En algunos refrescos, como en la cola, también pueden usarse estimulantes que subrayen los efectos excitadores de la cafeína.
Esta sustancia estimula el sistema nervioso y reduce la fatiga, baja los niveles de somnolencia y restaura la capacidad de alerta. Cada persona necesita una cantidad distinta, aunque en general suele ser efectiva una hora tras su consumo y una dosis moderada suele afectar durante unas cinco horas. La parte negativa de la cafeína es que crea una dependencia, y puede ser la causante de nerviosismo, irritabilidad, fatiga, insomnio, dolor de cabeza y pulso acelerado, por lo que debería evitarse su consumo ante alguno de estos síntomas.