Clases sociales. Con la donación de órganos ,los beneficiarios pueden ser desde alguien de clase humilde, hasta aquellos que viven en grandes residencias; lamentablemente no todos donan, los segundos son muy renuentes a ello.
La gente con mayores recursos económicos no suele donar órganos de sus familiares muertos, son más renuentes a ello, por lo que son la gente de clase media y baja la que salva vidas, y entre los salvados, algunos de "clase alta".
Martha Eugenia Martínez Romo, coordinadora hospitalaria de donación y transplante de órganos del Hospital General, fue clara al decir que lamentablemente, la gente de mayores recursos es muy renuente a la donación.
"No sabemos la causa, pero si es gente con un nivel socioeconómico alto, sabemos que será muy difícil convencerlos de donar los órganos del familiar muerto", comenta.
Por ello, la donación que se ha realizado hasta ahora ha sido gracias a la gente de clase media y baja, "son los que donan los órganos que estén en condiciones para ello", agrega Martínez Romo.
Dijo que la gente que trabaja en esta área está plenamente capacitada para acercarse a la gente que acaba de perder un familiar en el hospital, incluso, con conocimiento en tanatología.
Una vez que el médico les ha notificado el fallecimiento del familiar, personal de la coordinación hospitalaria de donación y transplantes de órganos se acerca para conocer las necesidades de la familia antes de solicitarles la donación.
"Es contra tiempo, porque los órganos tienen un tiempo una vez que fallece la persona, pero tampoco podemos llegar así de pronto y decirles que si quieren donan los órganos", comenta.
Muchos aceptan donarlos, algunos lo deciden ya tarde y lamentablemente nada se puede hacer, otros, aceptan, pero cuando se hace la valoración, y algunos no son aptos.
La mayoría de los órganos donados provienen de jóvenes, principalmente varones que sufren accidentes automovilísticos y que fallecen en el hospital.
Es ahí donde varios de estos jóvenes son de clase alta y sus familiares se niegan a donar los órganos, aunque el joven muerto porte en su cartera alguna credencial de donador de órganos, los familiares dicen que no y no queda más que respetar esa decisión otros dicen no pero por cuestiones religiosas.
