El renovado equipo del América tuvo su presentación en casa, el Estadio Azteca, en la fecha dos del presente torneo, y la verdad, resultó sorprendente el entradón registrado, habida cuenta de que en los últimos encuentros del Apertura 2011, los seguidores se habían alejado del graderío, cabizbajos y tristes, dado el pobre rendimiento del cuadro milloneta.
Además, se había encargado al reconocido publicista Carlos Alazraki una campaña tendiente a relanzar la marca azulcrema y los resultados fueron patéticos. "Grande, muy grande" se tituló el marketing y solamente sirvió para que los rivales pudieran mofarse y divertirse a costillas del otrora gran movedor de masas. Simplemente un fracaso publicitario derivado del deportivo.
Supongo que el propietario de las Águilas, cuyo corazón late con esos colores, debió de estar harto de recibir críticas de amigos y allegados, así como recriminaciones en las redes sociales por lo que optó por una reestructuración a fondo.
De esta manera cesó a Michel Bauer como presidente de la institución y creó un consejo deportivo donde las cabezas visibles son Yon de Luisa y Ricardo Peláez, aunque evidentemente monitoreados por los grandes capitanes de la empresa con sede en Chapultepec 18.
Con el nuevo proyecto llegó al nido el "Piojo" Miguel Herrera y un grupo de elementos de todas sus confianzas como el arquero Moisés Muñoz, "Hobbit" Christian Bermúdez, "Chema" Cárdenas y para apuntalar la defensiva, llamada por el examericanista Ángel Reyna como "de papel", el internacional venezolano Oswaldo Vizcarrondo.
En el inicio del campeonato vencieron a domicilio al Querétaro, lo cual no constituye ninguna hazaña ya que sin el uruguayo Carlos Bueno en punta son más inofensivos que Bambi amarrado y con bozal, quedando como el sinodal a vencer el duro cuadro del Toluca.
Los 75 mil aficionados que se dieron cita en el inmueble de Santa Úrsula pudieron presenciar una mejoría en la actitud de sus elementos pero también una repetición en la inoperancia frente al marco. Tras verse abajo en el tanteador por obra del goleador Iván Alonso, se volcaron al arco rojo hasta que un error arbitral los puso en la senda del gol.
Erim Ramírez, juez central del cotejo, juzgó mal una supuesta mano de Diego Novaretti para decretar la pena máxima que luego convertiría Matías Vuoso, dándole un respiro y el agónico empate a los locales.
Por supuesto que hay una evidente recuperación en el futbol exhibido por América pero no es ninguna gracia. Ese plantel tiene la obligación de hacer mucho mejor las cosas, ganar y divertir a la tribuna.
Tengo muchos amigos americanistas que hablan de una "nueva era" y de que ahora sí la van a "romper". Ojalá así sea, por lo pronto yo nomás pienso: "Con qué poquito pinole les da tos".
Apbcarter_1@hotmail.com