La Selección Nacional que se prepara para los Juegos Olímpicos ha obtenido el boleto para la siguiente fase en el torneo que se juega en Toulon, Francia, no sin pasar penurias ante equipos que no son ninguna maravilla.
El tricolor dirigido por Luis Fernando Tena arrancó su aventura en la Costa Azul gala enfrentando a Marruecos, cuadro calificado a Londres pero que la verdad, juega bastante apenitas y aun así, hizo ver mal a la defensiva azteca encajándole tres pepinos.
El juego hubiera terminado con empate a tres goles si no ha sido por la figura del delantero de las Chivas, Marco Fabián, quien se constituyó en la figura del encuentro al marcar una tercia de goles, uno de ellos en tiempo de compensación, que le permitió a México salir airoso de ese compromiso.
La siguiente estación era enfrentar al cuadro local y los primeros veinte minutos fueron de pesadilla. Cada que el cuadro francés tomaba la pelota era un sufrir como de telenovela, ya que agarraban mal parada a la defensa y la superaban con pasmosa facilidad. Fruto de esa fragilidad, cayeron dos tantos pero si los galos se van a fondo, bien se pudo presagiar un marcador de escándalo.
México se metió al partido por la vía, ¿de quién creen?, sí, le atinaron, de Marco Fabián, quien acercó a su equipo, hasta que apareció Liborio Sánchez y sus manos de mantequilla para, en un balón suelto en el área chica, diera oportunidad a que se mancillara su puerta por tercera ocasión.
El día de ayer, el rival fue Bielorrusia, que en realidad mostró ser el cuadro más débil del grupo y sin embargo, le puso las peras a veinticinco a la banda mexicana e incluso se fue arriba en el marcador, y eso que son más inofensivos que Bambi amarrado y con bozal.
Y otra vez el salvador del asunto fue Marco Fabián, anotando el gol del empate y en la reposición, el que aseguraba la calificación.
Creo que el "flaco" Tena y sus auxiliares deberán ser muy cautelosos a la hora de sacar conclusiones de esta ronda eliminatoria.
Primero, reconocer que el grado de los rivales, Francia incluida, es de regular pa' abajo, por lo que no tendrían por qué hacerte ver tan mal.
Segundo, la portería requiere un refuerzo de primer orden. Liborio es lamentable y Toño Rodríguez carece de la experiencia para liderar el proyecto olímpico nacional.
Tercero, revisar el planteamiento defensivo ya que no sólo son muchos los goles recibidos, siete en tres partidos, sino la forma en que te los meten. Los zagueros mexicanos no son ningunos novatos y pese al mucho kilometraje recorrido, se ven hasta ingenuos en algunas ocasiones.
Cuarto y último, irle a prender una veladora a San Marco para que Fabián no se le vaya a lesionar. Si no fuera por él, estaríamos hablando de un fracaso monumental a escasas semanas de Juegos Olímpicos. Gracias, San Marco.
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