¡Que se ha puesto buena la Liga! dirían en la Madre Patria, y cómo no, la distancia es ahora de dos partidos. Es imposible no poner atención a lo que está ocurriendo en este momento entre los dos colosos del futbol mundial, que juegan en la misma Liga y luchan por el campeonato. Dos diferentes propuestas, Real Madrid una típica potencia del futbol actual, varía su juego según las circunstancias, a Mourinho (el pérfido lusitano) a veces le gusta jugar con el llamado triple pivote, o sea tres contenciones y a veces como le llama la prensa española "tres centrales encubiertos", los madridistas le reclaman, a veces con una dureza que saca de sus casillas a Mou, con suficiente material para formar un equipo que despliegue un futbol deslumbrante, esa es la principal queja de la mayoría de los seguidores del merengue. A Mourinho no le importa, navega con una impresionante racha de trece juegos sin perder, la última vez que cayó derrotado fue el año pasado, 10 de diciembre en la casa blanca... y sí, fue ante el Barcelona 1-3.
Este mundo sería perfecto para el tipo de juego del Madrid, acorde a estos tiempos, donde el resultado es el dictador que flagela al deporte, pero... aparece un fugado de otros tiempos, un viajante en el tiempo, un rebelde que se empeña en privilegiar lo lindo de lo práctico, y lo más insólito con rutilante éxito. Aquí, permítanme citar al polémico uruguayo Hugo Fernández de la directiva del Puebla, que esgrimió un argumento irrebatible para cuestionar al ahora ex técnico poblano Juan Carlos Osorio, "no es lo mismo jugar lindo que jugar bien" y tenía toda la razón, el colombiano se empeñaba a querer hacer jugar de manera vistosa a un grupo de obreros del futbol, rústicos, ajenos a la belleza y el arte, y así apiló cinco derrotas al hilo, se agotó el "Puebla merece más, juega mejor de lo que parece".
En fin, jugar lindo y además ganar, con ese futbol airoso y por muchos años quimérico y ahora una espléndida realidad, gracias al Barcelona que aparentemente tiene la receta inimitable. Restan diez juegos, incluyendo el clásico del 22 de abril en el Camp Nou, no en balde Mourinho anda de un humor de los mil demonios.
Siguiendo en la llamada Liga de las Estrellas, Marcelo Bielsa volvió a ser nota y de qué forma, ¿cuántas veces han oído a un técnico declarar lo siguiente después de la derrota de su equipo?: "Acepto mi responsabilidad y no la escondo. Me equivoqué en todas las decisiones que tomé, incluso en la alineación inicial. Las decisiones que fui tomando debilitaron lo que el equipo tenía sólido". Imagínense a un Daniel Guzmán, Romano, La Volpe, tan engreídos ellos, o tibios y francamente tediosos como nuestro Benjamín Galindo, Sergio Bueno, Profe Cruz, etcétera. La verdad las excepciones son Miguel Herrera, Tomás Boy y Tuca Ferreti, entretenidos como ellos solos, Ignacio Ambriz es otro interesante en sus declaraciones pero en este momento lo agobia el veto impuesto por su jefe.
Rrosell50@hotmail.com