Son siete años, de 2005 a la fecha, los futbolistas mexicanos menores de 23, 20 y 17 años que se han dedicado a combatir y aniquilar monstruos. Monstruos que sobre todo se desayunaban tranquilamente a los integrantes de la llamada Selección Mayor. A lo largo de los años los fracasos se hacían cada vez más frecuentes y por lo tanto nos acostumbramos a ellos, grandes y chicos se dedicaban puntualmente a hundirnos en ridículos cada vez mayores. Dos ciclos olímpicos tirados a la basura, siendo la eliminación más reciente el pináculo de la desvergüenza, Hugo Sánchez y un grupo de despistados muchachos protagonizaron el clásico "tocar fondo" ya no se podía descender más, no poderse clasificar jugando contra un puñado de "futboloides" (como les decía don Manuel Seyde a los caribeños integrantes de Concacaf) fue el absoluto colmo.
Dos campeonatos mundiales sub 17, un tercer lugar Mundial sub 20, oro panamericano, ganar el Preolímpico, ganar Toulon y llegar a la disputa del oro en Londres avala a esta nueva generación que como estandarte tiene el no conformarse, a querer siempre más, a no dar por perdida una jugada o un balón y por supuesto a no dar por perdido un partido nunca. Luchan, se multiplican, muerden, corren como desaforados, con un hambre insólito en futbolistas mexicanos que antiguamente en cuanto medio se establecían en el profesionalismo mostraban una displicencia insultante.
Desde Chucho Ramírez, pasando por Raúl Gutiérrez, y lo más padre de esta buena película, el actual héroe más inesperado de todos, Luis Fernando Tena, sí, el representante para muchos del clásico técnico chambista, obscuro y mediocrón, siempre tomando equipos a los cuales los hacía no perder por un determinado número de juegos y luego no pasaba nada, los equipos dirigidos últimamente por Luis Fernando en la Liga tarde o temprano terminaban en el lugar en donde los tomó. Pero José Manuel de la Torre (admirablemente discreto) le deja la responsabilidad absoluta de la sub 23 y entonces con excepción de la Copa América, donde compitió en desventaja, desde que Tena tomó el equipos sub 23 las alegrías no cesan para la legión de seguidores del Tri.
Ahora el "Flaco" vive el momento más luminoso de su carrera, logrando lo que simplemente nadie en la historia había hecho, ligar éxitos con la Selección Nacional sub 23 con tres refuerzos, o lo que sea, nadie, y me refiero a competencias internacionales de rango sin importar la edad de los futbolistas, ha logrado lo que Luis Fernando.
En ciclos olímpicos anteriores los comités de otros deportes se quejaban, y con justa razón, del apoyo económico y mediático que se le brindaba a los equipos de futbol, otras disciplinas que sí obtenían medallas ocupaban algunos minutos en las secciones deportivas, pero el futbol literalmente robaba toda la atención, al final de cuentas este deporte o hacía el ridículo en los Juegos o simplemente ni siquiera asistía. Muchachos ensoberbecidos, dirigidos por prima donas sin haber ganado nada seguían recibiendo trato de cantantes de ópera y una cobertura desmedida que no iba acorde a su ineptitud. Los tiempos han cambiado y estos chavos, dirigidos por un técnico de bajo perfil (al final los que importan son los futbolistas), han encontrado el vellocino, ojalá siga siendo de oro.
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