Octubre es un hermoso mes, los laguneros lo apreciamos y valoramos, la temperatura hace habitable estas desérticas tierras, de calores inhumanos a tardes y noches de un clima civilizado, algunos exagerados incluso y que se mueren por estrenar el suéter adquirido en Laredo apenas anochece se lo ponen, aunque minutos después el sudor perle su frente. Se antoja más que nunca la carnita asada, la temperatura de 20 grados promedio por las noches, evita que el pobre individuo designado para asar la carne no sufra una deshidratación fulminante. La Luna esplendente provee una luz espectral pero no atemorizante sino incluso romántica. En fin, octubre sólo por su clima ideal es bienvenido en estas flageladas tierras, pero si además le agregas que eres un maniaco compulsivo en cuanto a seguir los deportes en la tele, octubre es la tierra prometida, el maná cayendo del cielo hacia la sala de televisión de tu casa.
Las Grandes Ligas entran en la postemporada incluyendo ahora juegos de comodines que se juegan la vida a sólo un partido, poniendo a prueba el sistema nervioso de jugadores y espectadores. La NFL inicia su periodo de estabilización, los que sorprendieron enfrentan la cruel realidad, las potencias dan un manotazo en la mesa y regresan a sus acostumbradas rachas ganadoras. Por supuesto, cada año existen cenicientas que se niegan a regresar a casa a la medianoche.
Nuestro querido futbol entra en un periodo determinante, con esa relación amor/odio con sus fieles seguidores, no hay semana en la cual no se hable pestes de nuestra liga, las burlas e ironías son el pan de cada día, pero nadie deja de verlo, todos hacemos planes alrededor y en base a los juegos del Santos Laguna, ¿qué mejor excusa para reunirse con los enfadosos de los compadres que un partido de visita de nuestros guerreros un sabadito por la tarde? Así es esta relación con el futbol doméstico, nos burlamos, hacemos comparaciones con las ligas del primer mundo y fabricamos bromas lo más pesadas posibles, pero cuando se termina una temporada y la sequía llena nuestros corazones por casi dos meses, nada, absolutamente nada sustituye nuestro querido/odiado futbol, ni el Madrid-Barcelona, ni el United-Chelsea, nada, nosotros queremos ver nuestro Puebla-Jaguares y tuitear barbaridad y media, competir por quién hará la broma más cruel e ingeniosa, así somos y así seguiremos.
Octubre, hermoso y entrañable mes, hasta el final viene Halloween, la única "fiesta" que empaña este casi perfecto mes, después viene esa preposada gigantesca que es noviembre y el cierre pletórico del año con las navidades.
Si eres de esos privilegiados que posees tele satelital o de cable, un confortable y fielmente amoldable sillón reposet, una televisión de alta definición, un refri o hielera estratégicamente cerca a la acción (ajena claro) y lo más importante (sin esta condición todo se derrumbó) una esposa o pareja lo suficientemente comprensible para entender que ya con la postemporada de Grandes Ligas y NFL a partir del jueves, la semana completa y durante todo el mes será dedicada devotamente a la observación del ejercicio del deporte (ajeno claro). Si reúnes, envidiable amigo, todas estas condiciones, bienaventurado seas.
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