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La competencia investigadora

ROLANDO CRUZ GARCíA

"La duda es la madre

Del descubrimiento"

Ambrose Bierce

Cuando aludimos al término competencia en el ámbito de la investigación, nos estamos refiriendo a la capacidad de solucionar problemas en los procesos investigativos, sobre todo con base en la versatilidad y la flexibilidad metodológica.

"Conociendo las posibilidades y limitaciones de cada una de las estrategias metodológicas, lo importante es poseer un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes referidas a la parte procesual de la investigación" (Ruiz Iglesias, M. Cuba, 2001).

Partiendo del anterior concepto, lo que nos clarifica es que toda investigación se da en dos partes: la formal y la procesual. Lo que sucede en la mayoría de los investigadores es que dominan la parte formal, que normalmente es más mecánica y que alude a la forma en cómo debemos presentar los resultados de un proceso seguido al pie de la letra.

Cuando confrontamos dialécticamente el proceso y el producto, en una investigación, el proceso es la esencia y el producto es el fenómeno y sabemos además que entre esencia y fenómeno, la esencia es la más estable, lo que implica que se comporta de la misma manera en cualquier lugar y en cualquier momento; por ello la investigación debe ir más allá del simple estudio de fenómenos.

La parte procesual nos indica cómo realizar una investigación, las fases que debemos seguir para aplicar el método científico; es el dominio de este proceso el que te hace competente en materia investigativa.

Cuando abordamos procesos investigativos, muchos investigadores aluden a métodos y metodología de manera indistinta y el problema es más conceptual que formal ya que la mayoría de las tesis, por ejemplo, se estructuran al menos en tres capítulos que responden a tres niveles distintos: un capitulo para la fundamentación teórica, un capítulo para el diseño empírico y otro para el diseño experimental, así puede transitar el conocimiento científico según la metodología empleada, pero muchas veces se confunde el diseño empírico con la metodología, cuando esta última engloba a todos los capítulos, ya que es una estrategia estrechamente vinculada con el paradigma de investigación asumido.

Los métodos son caminos a seguir y son construidos para llegar al conocimiento, abarca distintas técnicas e instrumentos, mientras que la metodología puede estar en consonancia con el paradigma cuantitativo o con el cualitativo, de acuerdo con la perspectiva del investigador.

Una de las preguntas más frecuentes en investigación es ¿Cuándo asumir una metodología cualitativa o cuando una cuantitativa? La respuesta tiene que asumirse desde las concepciones de la ciencia, en donde han prevalecido por un lado la tradición aristotélica más centrada en los esfuerzos por comprender los hechos de un modo teleológico o finalista, es decir la búsqueda del porqué y el para qué; en cambio la tradición galileana busca la explicación científica de un hecho formulada en términos de leyes que relacionan fenómenos determinados numéricamente, estas explicaciones se derivan de hipótesis causales que enriquecen su valor con análisis experimentales.

De aquí que cuando el investigador se dispone a analizar la realidad y en educación siempre es una realidad que se quiere transformar, el acercamiento a esa realidad se puede hacer de dos formas distintas: Desde una óptica más global y comprensiva (lo cualitativo) o desde una óptica más particular y explicativa (lo cuantitativo)

Cuando se asume la primera, se tiene que tener claro que lo comprensivo y global no es tan predecible o tan enmarcable, sino que el proceso de comprensión implica la elaboración de conceptos rigurosamente razonados, para establecer conexiones validas con otros conceptos elaborados anticipadamente.

Cuando se asume una metodología cuantitativa lo que se busca es descubrir, verificar o identificar relaciones causales entre conceptos ligados a otro concepto previo; es más particular y explicativa, más trabajada a partir de niveles de observación, planteamiento de interrogantes e hipótesis, deducciones lógicas y conclusiones validas.

Sin embargo al decidir qué óptica utilizar lo que podemos asegurar es que ambas son igualmente válidas: "Cualquier procedimiento seguido para dar respuesta a un problema, caracterizado por el rigor y la sistematicidad en su proceso, debe ser considerado como científico" (Leonor Buendía, 1990). Son sólo formas distintas de acercarse a la realidad, que tienen puntos de vista diferentes en cuanto a qué es investigar y al qué, cómo y para qué se investiga.

Si nos centramos en el ¿Cómo investigar?, que está referido a los aspectos metodológicos que nos permiten trasformar la realidad, entonces debemos respondernos a cuestionamientos que están en consonancia con el objeto de estudio: ¿Qué información necesito?, ¿De dónde obtengo información para responder a mis interrogantes? y ¿Qué métodos, técnicas o instrumentos me permiten obtener dicha información?

Como podemos observar, ser competente en materia de investigación, ya sea educativa o disciplinaria, nos enfrenta a la necesidad de prepararnos permanentemente en dichos procesos investigativos, ya que este indicador se ha convertido ahora en una necesidad tanto de profesores como de alumnos, desde el bachillerato hasta la educación superior y el posgrado.

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